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Manuel Vilas: «El fracaso escolar desaparece con la mitad de alumnos por clase y la vocación docente»

«El único sitio donde todavía no ha entrado el capitalismo es en el amor de un padre y una madre a sus hijos», dice el escritor recordando ‘Ordesa’, la novela que le encumbró en la literatura española actual

El Premio Nadal 2023 por 'Nosotros' visita Mallorca este miércoles invitado por el Museu Fundación Juan March

El escritor Manuel Vilas charlará este miércoles en la Fundación Juan March

El escritor Manuel Vilas charlará este miércoles en la Fundación Juan March / Marcos León

Raquel Galán

Raquel Galán

El escritor Manuel Vilas, que se convirtió en un fenómeno editorial con la novela Ordesa, traducida a más de 20 idiomas, ganó el año pasado el prestigioso Premio Nadal con Nosotros. Este miércoles regresa a Mallorca tras un lustro de ausencia invitado por el Museu Fundación Juan March. A las 19 horas charlará con Sergio Vila-Sanjuán 

El primer amante de Irene, la protagonista de Nosotros, dice que el Mediterráneo es «el puto amo». Lo han captado bien los hoteleros mallorquines.

El Mediterráneo era un dios en mi infancia porque veía que mi madre adoraba ese mar. Íbamos de vacaciones y siempre lo he asociado al sol, el agua, el buen tiempo, la comida, el baño..., una religión laica que heredé de mi madre y he querido transmitir a la protagonista, el Mediterráneo como placer y paraíso.

¿Por qué dio tanta relevancia al placer, la belleza y el lujo?

De una u otra forma, en mis novelas exploro el capitalismo. Y eso es lo que ha construido: lujo, placer, belleza. Las novelas no son hipócritas y en ellas puede contarse todo. La sociedad sí que necesita un poco de hipocresía o de lo contrario nos acabaríamos matando. La realidad es que todo el mundo quiere la habitación de hotel con vistas al mar cuando va de vacaciones o comprarse un Mercedes en vez de un Skoda. A veces socialmente lo callamos porque nos avergüenza, pero en esta novela no se oculta.

¿Cómo influye la sociedad capitalista en el amor?

Por completo. Al principio, en el enamoramiento, no hay tanto pensamiento socioeconómico, pero cuando quieres construir una relación estable, vienen los cálculos. En qué trabajas, quiénes son tus padres, dónde viviremos, qué muebles compraremos... El capitalismo está en todas partes, aunque volvemos a la hipocresía o incomodidad de la sociedad al hablar de eso, sobre todo en este país. En España hablar de dinero está mal visto, pese a que siempre está presente. Ese es el problema. En Estados Unidos es un tema de conversación común. Al menos no son tan hipócritas. Mi trabajo como escritor es tratar de hacer una foto inteligente y expresiva del mundo en que vivimos. Y el lector ya interpretará luego si hay que condenarlo o absolverlo.

También pretendía contar una historia de amor eterno. ¿Es posible?

Era la idea, pero el problema de las relaciones amorosas es el tiempo. He indagado mucho en ello y es un problema de 3.000 años de antigüedad, desde los orígenes de la civilización. Irene cree haber vivido 20 años de un matrimonio prodigioso, un amor poderoso, sin decaimiento, sin rutina, una relación que sigue como el primer día. Muchos se cabrean cuando lo van leyendo porque dicen que es imposible, pero en realidad se enfadan con su propia vida. Es muy curioso. No entienden qué está pasando hasta el final de la novela.

¿El único amor incondicional es el de los padres, como narra en Ordesa y Alegría?

He dedicado cuatro novelas al tema del amor, estas dos al amor en la familia y las dos siguientes a las relaciones sentimentales, que pueden acabar fatal. En cambio, el amor de un padre o una madre a sus hijos es incondicional. Por supuesto que estas relaciones pueden sufrir desavenencias, pero un padre o madre tienen el mandato biológico de dar la vida por sus hijos. Es antropología pura y es fascinante. Es el único sitio en el que, por el momento, el capitalismo no ha conseguido entrar. Por el contrario, tal como ya he mencionado, está presente en las relaciones sentimentales. ¿Qué es un divorcio? Un reparto de bienes. Así de simple.

¿En la edad madura el amor se ve de otra manera?

Yo lo que estoy viendo es una nueva realidad sociológica muy original y que parece funcionar. Mucha gente en la cincuentena que ha tenido un matrimonio o más y se ha divorciado, o parejas, tiene una nueva relación, pero cada uno en su casa. No quieren vivir juntos, sino solos, y lo veo muy bien. Quitan la convivencia de la ecuación, que es lo que más desgasta la relación de pareja. El amor se gasta antes así.

Manuel Vilas cuando ganó el Premio Nadal por 'Nosotros'

Manuel Vilas cuando ganó el Premio Nadal por 'Nosotros' / Efe

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En una entrevista dijo que la soledad es una asignatura que tenemos pendiente.

La elegida es fantástica. Ayer vi la película Días perfectos, de Wim Wenders, donde precisamente aparece este tipo de soledad y la felicidad que conlleva. Es nueva sociológicamente, porque antes era vista como un fracaso, de ahí las palabras despectivas solterón y solterona, sobre todo para las mujeres, totalmente machista. Ahora empieza a respetarse esta opción. En mi literatura siempre defiendo la modernidad, en el sentido de acabar con todo tipo de prejuicios, supersticiones y alienaciones. Es mi compromiso como escritor, porque como ser humano me interesa vivir en un mundo que te deje ser libre.

¿Cuál es el mayor poder de la literatura?

Convertirse en una ventana abierta a la libertad. También al conocimiento. La literatura no te engaña, cuenta historias que son mentira para decir la verdad.

Ordesa sigue muy presente en los lectores. ¿Y en usted?

Me persigue constantemente. Para bien. Se ha traducido a más de 20 lenguas y sigue pidiéndose en otros idiomas. Al principio me decían que era una historia muy española, pero se ha visto que no es así. Las familias son iguales en todas partes y la relación entre padres, madres e hijos es el tema más universal e importante de la literatura. Está en la Biblia y en las narraciones tradicionales de todo el mundo.

¿En qué está inmerso?

En una novela que saldrá en septiembre. Es autobiográfica, aunque ya no trato el tema del amor. Los temas se agotan. Como escritor necesito escribir de algo que no entiendo. Me ocurrió con las relaciones familiares y con las sentimentales.

¿Qué no entiende ahora?

No entiendo qué es el tiempo en la vida de una persona.

Como antiguo profesor de Literatura, ¿cómo ve la medida del Gobierno de reforzar, entre otras materias, la comprensión lectora de los alumnos?

No se trata de un problema de comprensión lectora. Ejercí dos décadas, por lo que soy minero en esta profesión. El fracaso escolar desaparece de forma automática con dos medidas fundamentales: bajando las ratios por clase y con profesores entusiastas. Si en un aula tienes 25 o 30 chavales y lo reduces a la mitad, el docente puede dedicar más tiempo a cada alumno y ayudar a los que tienen más dificultades. Los pedagogos lo llevan diciendo desde hace muchos años, pero el problema vuelve a ser la hipocresía, ya que con esta medida hay que invertir muchísimo dinero. El segundo tema importante es la vocación. No se puede dedicar cualquiera a la enseñanza. El profesor tiene que entusiasmarse con lo que hace y ser capaz de transmitirlo a sus estudiantes.

Seguro que se motivarían más con menos alumnos.

Claro. La solución es sencilla, pero no la aplicarán por el tema económico. La enseñanza es un reflejo del país y en un país sin energía, sin entusiasmo, la gente no tiene interés en aprender y los profesores tampoco en enseñar. Hay una especie de decadencia social. Para que la enseñanza vuelva a brillar, es necesario ese entusiasmo y las facilidades.

Vuelve a estar de actualidad su libro América, que escribió muy poco antes de la era Trump. ¿Atisbó su llegada?

Sí porque había un ambiente raro. Ninguna encuesta decía que fuese a ganar Trump y la noche de las elecciones todo el mundo se fue a dormir pensando lo mismo. Pero era un voto inconfesable.

¿Usted que vio?

Que en Estados Unidos no hay 50 millones de fascistas, como en España no hay tres millones, los votantes de Vox. Ni Argentina se ha vuelto fascista de repente y ha encumbrado a Milei. Lo que hay es mucha gente desesperada, que no llega a final de mes. Y cuando los políticos que tienen no les dan soluciones, porque no han hecho bien su trabajo, los populismos son una alternativa. La gente es normal, pero si se desespera, ve injusticias, que su trabajo no le basta, que los políticos a los que hasta ahora ha ido votando son hipócritas... Cuando mira todo eso, al final opta por los extremos. Y el problema es que cuando la ultraderecha en cualquier país gana las elecciones, la izquierda nunca hace autocrítica.

¿Entonces Donald Trump será de nuevo presidente?

Creo que sí, porque el partido demócrata tiene un problema con Biden. Además, en los cuatro años de Trump la economía fue bien y el americano vota con la calculadora en la mano. Es un país donde lo más importante del mundo es el dinero, por lo que también dependerá de cómo le haya ido con Biden al americano medio. El problema ideológico en Estados Unidos queda relegado tras el problema económico. En general la gente mira cómo le ha ido personalmente con tal o cual gobernante. Lo que pasa es que en el ámbito intelectual y de los medios de comunicación vivimos en una burbuja de reflexiones, pero la gente de la calle no está todo el día reflexionando si esto es de izquierdas o derechas, sino que mira lo que más le conviene a nivel particular.

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