Josep Maria Flotats actúa en Mallorca: «Hacer lo mismo me aburriría y no tengo edad para aburrirme»

El reputado actor dirige e interpreta ‘Voltaire/Rousseau. La disputa’, que este fin de semana se podrá ver en Manacor y Palma

«El público sonríe con mucha frecuencia», afirma sobre el montaje, en el que también participa Pep Planas

Montse Terrasa

Montse Terrasa

El veterano actor y director teatral Josep Maria Flotats (Barcelona, 1939) vuelve a traer a Mallorca ese «teatro culto, inteligente y superentretenido» que es Voltaire/Rousseau. La disputa, una obra que adaptó años atrás, que ha montado de nuevo, «desde cero», y que este autor considera de plena actualidad. Sobre el escenario del Teatre i Auditori de Manacor, el sábado (19 h.), y del Teatre Principal de Palma, el domingo (18 h.), estará acompañado de Pep Planas.

En La disputa, el espectador asiste a una conversación entre los dos filósofos encarnados por los dos actores. «Desgraciadamente, vivimos en un mundo en que cada día es de más actualidad el pensamiento volteriano e incluso rousseauniano», reflexiona Flotats sobre la obra. En ella, mantiene el vestuario y la escenografía del anterior montaje, pero ahora la vive e interpreta de otra manera y con otro compañero de tablas. «Hacer lo mismo me aburriría y no tengo edad para aburrirme», sentencia.

" Para mí, es uno de los ejemplos del teatro culto, inteligente y, al mismo tiempo, superentretenido

Aunque encarna a Voltaire en ese debate de alto nivel filosófico, Flotats dice sentirse también mitad Rousseau y, debido a su formación del Liceo francés, plenamente cómodo en una obra que se enmarca en la Ilustración y en los fundamentos de la Revolución francesa. «La separación de poderes, el derecho a la igualdad de posibilidades, la necesidad de la cultura, del conocimiento... Todo esto continua siendo una actualidad candente y evidente, nadie mínimamente con los ojos abiertos y las orejas limpias está en contra de algo así», afirma el actor y director. De los personajes, destaca que «son dos grandes pensadores de cómo debería ser el hombre del futuro, como tendría que ser la sociedad futura...». Pero, advierte, pese a tratarse de dos pesos pesados e importantísimos en el Siglo de las Luces, La disputa entretiene a diferentes tipos de espectador. «El público sonríe con mucha frecuencia, porque cuando dos hombres brillantes e inteligentes se enfrentan, a causa de la inteligencia y del saber, hay una ironía y, a veces, una mala idea al contestarse, que hace sonreír por lo brillante que es el diálogo. Para mí, es uno de los ejemplos del teatro culto, inteligente y, al mismo tiempo, superentretenido. A catedráticos y universitarios les encanta y al público no preparado les abre los ojos y se lo pasan bien», indica.

Una escena con Pep Planas y una imagen reciente de Flotats.  | TEATRE PRINCIPAL / CARLOS PARDELLAS

Una escena con Pep Planas y una imagen reciente de Flotats. / TEATRE PRINCIPAL

En la gama de grises

Flotats dice que no es de mantener disputas, pero sí de cuestionar y pedir que le expliquen el porqué de las cosas, ya sea un director de teatro o un compañero de oficio sobre las diferentes lecturas de un texto. Fuera del ámbito teatral, asegura que no habla de política, pero lo acaba haciendo. «El mundo no está nada bien y, por tanto, tengo la sensación de que hay cosas que, lo digo desde la distancia, serían más sencillas de resolver... Estamos, en esta Europa privilegiada en que vivimos, inmersos en una única verdad y yo no tengo una fe de este tipo, no es todo blanco o negro, hay millones de matices de grises y recibimos información muy estereotipada, estos son los buenos y estos son los malos, y a mí no me va», se explica.

«En la esfera pública no encuentro, no escucho, no leo a los intelectuales que desearía que hubiera, como mínimo para cuestionar la verdad única, que no forzosamente quiere decir que tendrían que ser de un bando u otro, solo cuestionar... Hay enfrentamientos, pero no hay aperturas de planteamientos, de cuestionarios serios, solo nos explican resultados», lamenta.

"Yo defiendo a Voltaire y a Rousseau porque son los intelectuales que defienden la verdad

«Vivimos en un mundo muy manipulado por los intereses económicos globales y a partir de ahí, el ciudadano, a callar y a recibir la información que se le quiere dar», prosigue con su análisis. La crisis económica en Alemania, conflictos bélicos históricos, la preeminencia de Estados Unidos sobre otros países, la guerra de Ucrania, la de Israel y Palestina son algunos de los ejemplos que menciona y en los que echa de menos más explicaciones y voces críticas. «Este mundo no puede continuar, porque es un mundo basado en la mentira, y no es una cuestión de política, tiene que ver con la dignidad humana, con la verdad. Yo defiendo a Voltaire y a Rousseau porque son los intelectuales que, con una ideas con las que puedo no estar de acuerdo, defienden la verdad, no los intereses de un momento dado, que siempre son económicos», insiste.

Con numerosas producciones a sus espaldas y el reconocimiento de premios, Flotats hace suya la expresión que utilizan en Japón al hablar del teatro como el «lugar del olvido». Reconoce que ha tenido la suerte de poder elegir proyectos, de decir que no y de montar cosas que le apasionaban. A sus 85 años está centrado en esta obra, con la que actuará de nuevo en Barcelona, su ciudad. «Mi lujo es ir poco a poco con los proyectos e ideas», explica.

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