Entrevista | Entrevista

Ferran Pereyra deja la dirección artística del Festival Palma Jazz: «Me han planteado una situación insultante y les he dicho que no, el PP ha vuelto a cargarse el festival, por tercera vez»

«A dos o tres conciertos en Bellver no se le puede llamar festival»

«A Bonet le vi más partidario de hacer el festival, a Brunet, no»

Ferran Pereyra, directorartístico del Palma Jazz entre 2020 y 2023.

Ferran Pereyra, directorartístico del Palma Jazz entre 2020 y 2023. / GABI RODAS

El regidor de Cultura, Javier Bonet, afirmó en la presentación de los presupuestos del ayuntamiento, el pasado mes de octubre, que el festival Palma Jazz no iba a desaparecer.

No es lo que yo tengo entendido. He tenido dos reuniones con el equipo de Cultura de Cort. La primera la provoqué yo, para preguntar «qué tenemos que hacer», porque sabía que acababan de llegar pero en verano es el tiempo en que yo contacto con los músicos, representantes y demás, y me dijeron, «bueno, tenemos que ver en qué situación nos encontramos, tal y cual, ya hablaremos por octubre». A Javier Bonet le vi mucho más partidario de hacer el festival, a Rafel Brunet, no, desde el primer momento.

¿Por qué?

Porque me habló de hacer una cosa casi de juguete para el mes de febrero y después hacer dos, tres o cuatro conciertos, no sé cuántos exactamente, que quieren montar en el Castell de Bellver. Habló de conciertos, luego vi que se publicó en prensa que había un presupuesto de 90.000 euros para el Palma Jazz y quedé sorprendido. Me gustaría mucho equivocarme y que hubiera festival. Yo no haré nada con ellos.

Explique su dimisión.

Porque no les interesa, y no les interesa por una sencilla razón. Ellos no me han dicho que no, pero me han planteado una situación prácticamente insultante, para que sea yo el que diga que no. Lo importante no es que yo siga o no siga, sino que siga haciéndose el festival. ¿Qué habrá en el verano? No lo sé.

¿Se siente dolido?

Sí, lógicamente. Lo que me sabe más mal es que no haya festival. No hay dos sin tres. El primer festival de jazz se lo cargó Fageda cuando entró en el ayuntamiento, luego llegó el Certamen de Jazz Palma Comercial, en el que estuve como presidente del jurado, un certamen que duró cuatro años y que también se cargó el PP, y ahora este. Yo me lo esperaba, la verdad. No quieren decir que se lo han cargado, de ahí lo de los conciertos en Bellver. No tiene sentido que yo sea director artístico si no voy a decidir la parte artística.

¿Usted llamaría festival a los conciertos que quieren programar en Bellver en verano?

No. Serán conciertos de jazz, que podrán estar muy bien, pero no será un festival. Un programa corto no es un festival.

¿Qué pierde Palma con la desaparición de este festival de jazz?

La posibilidad de ver toda una serie de conciertos. Es verdad que hay mucho jazz últimamente, porque hay conciertos prácticamente por todo, pero no una cohesión de festival. Este festival estaba ya bastante consolidado. Propuestas como esta siempre cuestan mucho consolidarlas. Es un tipo de música que cuesta, pero tiene respuesta. Un ejemplo, de los 9 conciertos de 2023, en 8 hicimos sold out y el otro tuvimos un 90 por ciento de aforo.

¿Mallorca es tierra jazzística?

Sin duda. Ahí están el Jazz Voyeur, el festival de sa Pobla que este año cumplirá 30 años, el de Inca, Alcúdia, Alaró, Portocolom… Cada uno con una propuesta determinada.

¿Cuál era el sello del Palma Jazz?

Abrir el abanico al mayor número de estilos para captar la mayor cantidad de público.

Desaparece el festival, como lo han hecho los músicos de jazz de la programación de Sant Sebastià.

Este año no había nada de jazz que me interesara. Doy las gracias al ayuntamiento porque me he podido quedar en casa, escuchando mis discos.

Precisamente fue un disco el que despertó su pasión por el jazz.

Sí, uno de Pink Floyd, con el solo de saxo de Money. A partir de ahí descubrí que el jazz es una música que me llena.

¿Ha conocido a algún político interesado por la música?

Antoni Noguera ha hecho un trabajo muy interesante. Es una persona con bastante apego musical.

Detrás de un crítico musical muchas veces hay un músico frustrado.

Tocaba la guitarra, lo he vuelto a intentar, pero necesitas tiempo. Tuve un trío de jazz y antes un dúo, cuando tenía 18 años, inspirado en el folk americano que escuchaba en aquella época.

¿Qué se necesita para ejercer la crítica musical, algo que lleva haciendo desde 1981?

Escuchar mucha música y conocer la parte más técnica de la música. Una buena crítica siempre necesita un tiempo entre el concierto y la escritura, un tiempo de reposo. Cuando empezaba no lo hacía, recuerdo que las escribía desde el Auditorium. Ahora salen cuando salen, si salen.

¿Con qué concierto se estrenó como crítico?

Con el que dio Dizzy Gillespie en julio del 81 en el Auditorium.

¿Cuál ha sido el último concierto que le ha dejado boquiabierto?

Uno de Vincent Peirani, este verano en Eivissa.