El fotoperiodista Tomeu Coll reflexiona sobre la animalidad y la identidad

Lo hace con ‘Sacrifici’, exposición que presenta estos días en Es Mercadal (Menorca) tras un viaje a Cerdeña, y con ‘As Bestas’, muestra que inaugurará en Bélgica a finales de este mes

Tomeu Coll (Palma, 1981), ganador dos años consecutivos del Premio de Fotoperiodismo de Balears, colaborador de la revista alemana Stern y socio de la también fotógrafa y activista Donna Ferrato, protagoniza este mes de octubre dos exposiciones: una en el Festival de Cinema i Fotografia Documental de Menorca y otra en la Galerie Jacques Cerami de Charleroi (Bélgica). Dos muestras diferentes con un trasfondo en común: la apuesta por unas imágenes inquietantes, donde la naturaleza más salvaje, amenazada, toma la palabra.

Cuándo no quede ni un solo animal, ¿nos comeremos a los turistas?

«Cuando no quede ni un solo animal en la isla, ¿qué haremos, nos comeremos a los turistas?», se pregunta el fotoperiodista haciendo suya la inquietud de una pastora sarda a la que entrevistó en Cerdeña, uno de sus últimos destinos. Coll, que atiende a este diario en su casa de Pòrtol, donde reside cuando no viaja por Estados Unidos y Europa, ha estado medio año yendo y viniendo de esta isla, «antigua, rica en tradiciones y supersticiones que se han conservado en el tiempo». De allí proceden las 15 fotografías de gran formato que se exhiben desde el pasado viernes en las calles de Es Mercadal con motivo del Menorca Doc Fest. «El de Cerdeña ha sido un viaje en el tiempo. He estado descubriendo la Barbagia, el corazón de Cerdeña, conociendo a sus gentes, muy hospitalarias, y visitando lugares como Orgoloso», durante siglos considerada la localidad más peligrosa del mundo, famosa por sus secuestros a turistas y sus crímenes. La identidad cultural y los modelos turísticos son temas sobre los que reflexiona Coll con este trabajo, que forma parte de su proyecto Sacrifici levantado a partir de una beca del Institut d’Estudis Baleàrics: «Nadie ha conseguido doblegar al pueblo sardo, ni los fenicios, ni los egipcios, ni los aragoneses, ni los italianos. A diferencia de Mallorca, Cerdeña es una isla donde no todo es turismo. Allí sí respetan sus tradiciones y luchan por mantener zonas vírgenes».

Tomeu Coll, en su casa de Pòrtol

Tomeu Coll, en su casa de Pòrtol / Gabi Rodas

"Quizá somos más bestias los humanos que los animales"

La animalidad humana es el pilar de la otra muestra, la de Bélgica, que reúne hasta 40 fotografías, bajo el título de As bestas, y se inaugura el próximo 27 de octubre (permanecerá abierta hasta el 2 de diciembre). Es la tercera vez que expone allí, de la mano del galerista Jacques Cerami, a quien conoció en una feria de Milán hace ya años, cuando se interesó por una fotografía que subrayaba la solitud, la de Guillem Garau ‘Morgan’, un vecino de s’Aranjassa al que retrató sobre un muro, sentado, ensimismado. «Siempre he fotografiado animales y nunca he sabido con certeza por qué, si es porque siempre he mirado a los humanos y a los animales como bestias o si es porque mi subconsciente estaba buscando esta animalidad en nuestra especie humana», señala.

«A veces me pregunto por la definición de bestia, y quizás somos más bestias los humanos que los animales, el lenguaje está viciado. Como dice John Berger, hace mil años nos necesitábamos los unos a los otros, nos mirábamos a los ojos. Hoy, hemos perdido esa humanidad respecto a los animales. Yo busco el ansia de libertad del animal, su personalidad, sin su entorno», dice mientras sostiene en sus manos su Leica M6 y una Linhof, cámara alemana de los años 50 de medio formato.

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