El trueno que en la madrugada del martes al miércoles despertó Alaró a las tres de la madrugada fue consecuencia de un rayo que impactó violentamente contra la zona más elevada de la montaña del Castell y que causó numerosos daños en el albergue. La tormenta eléctrica descargó diversos rayos durante la noche provocando fuertes ruidos.

La descarga que afectó al Castell ha provocado destrozos en los edificios de s´Obra Nova y la Taverneta -pertenecientes a la hospedería-, y ha carbonizado una pequeña caseta que está situada en el punto más alto y que sirve de torre de telecomunicaciones.

El edificio de s´Obra Nova sufrió derrumbes de parte del tejado y presenta agujeros en varias paredes, al parecer causados por la onda expansiva del rayo. El impacto ha abierto un viejo portal en una de las paredes del pasillo de esa zona del albergue. En ese momento una de las habitaciones situada a escasos metros estaba ocupada por dos personas, que salieron ilesas. El encargado de las instalaciones las rescató inmediatamente para trasladarlas al edificio más antiguo, que no sufrió ningún daño.

El presidente de la Fundació Castell, Mateu Marcús, fue la primera persona que subió al Castell por la mañana al sospechar que la tormenta había afectado las instalaciones: "Tenemos una estación meteorológica que nos envía los datos y había quedado detenida a las 3,15 horas. Después comprobé que la cámara web tampoco estaba conectada y decidí subir".

Varios rayos

Marcús asegura que no se imaginaba que podría haber tantos daños: "Me he quedado asombrado, los cuadros eléctricos fundidos, paredes agujereadas, restos del tejado en el pasillo de s´Obra Nova, y en la torre de comunicaciones, ni rastro de la cámara web ­­­o de las placas solares".

El presidente de la Fundació asegura que la impresión es que coincidieron diversos rayos que golpearon la montaña, uno impactó en la torre y otros entraron por el cableado eléctrico.

La hospedería quedó sin luz y se espera que las labores de los electricistas se demoren dos días hasta que se pueda reanudar el suministro. A continuación comenzarán a trabajar los albañiles para reformar el tejado y las paredes.

Marcús asegura que a partir de ahora duplicarán las medidas antirrayos para proteger la instalación eléctrica y los motores. Actualmente existe un pararrayos que cubre la vieja hospedería y la capilla, pero está situado en una zona inferior al lugar donde se produjo el impacto y no pudo absorber el rayo.