Ayer falleció Sebastià Jaume Adrover, un sacerdote que ha dejado huella en el pueblo de Alaró tras haber residido en él durante 55 años, primero como vicario parroquial desde 1957, y después, a partir de 1973, como párroco. El pueblo le ha rendido homenaje en diversas ocasiones durante la última década, primero para celebrar los 50 años de su ordenación sacerdotal (en 2003), después pronunció el pregón de fiestas de Sant Roc, se dedicó a su nombre la plaza de la iglesia, se celebró cuando se cumplieron 50 años de su llegada a la parroquia (en 2007) y, recientemente, el pasado 1 de mayo, se organizó un viaje en helicóptero hasta el castillo de Alaró para que pudiera ver cumplido su sueño de volver a pisar la emblemática montaña donde se ubica el oratorio de la Virgen del Refugio.

Sebastià Jaume nació el 1 de diciembre de 1929 en Felanitx, y tras pasar por el Seminario fue ordenado sacerdote el 21 de junio de 1953. Su primer destino fue Campos y cuatro años después llegaba a Alaró como vicario. En una entrevista publicada en la Revista del Cercle reconoció que el destino fue un castigo del obisbo Jesús Enciso por sus asistencia a unas sesiones de cursillos de criandad en Barcelona. En aquella época comenzó a ejercer de profesor en el colegio La Salle, labor que continuaría después en el centro CIDE de Palma.

Desde su llegada a Alaró su principal misión fue la de dinamizar el colectivo de jóvenes , convirtiendo su lugar de residencia, el casal parroquial de Can Campaner, en un centro de actividades religiosas, culturales y deportivas. De esta forma surgió en aquella época el Grup d´Esplai Círculo de Estudios.

En 1973 fue nombrado párroco y coincidió con el nacimiento de la revista, impulsada desde la parroquia, y con la primera edición de los campamentos de verano en el Castell.

Durante sus años al frente de la parroquia Sant Bartomeu ha colaborado en la recuperación de los cossiers -que se produjo en 1992-, y ha impulsado junto a varios colectivos la restauración de diversas capillas, la renovación eléctrica del templo, el cambio de la cubierta de la iglesia y la recuperación del órgano.

En 2005 se jubiló, siendo sucedido por su gran amigo Josep Noguera. Como afirmaba entre sonrisas: "Se ve que en Alaró nos van bien los sacerdotes castigados".