El sacerdote de Muro Guillem Feliu protagoniza desde hace dos días una protesta ante una entidad bancaria de la localidad por la presunta estafa de 90.000 euros.

El capellán, de 54 años, se pasa la mañana con una pancarta explicativa de su caso colgada al cuello y atrae la curiosidad de los vecinos que transitan por la plaza de Sant Martí. El pasado jueves inició su reivindicación y fue invitado a abandonar el lugar por tres policías locales que habían sido alertados por la sucursal. Sin embargo, Feliu comprobó después en el Ayuntamiento si tenía derecho a permanecer en el lugar, y ante la respuesta afirmativa de la institución, el capellán continuó su denuncia hasta mediodía.

Según explica el afectado, misionero durante 30 años en países como Colombia o Guinea, todo se inició hace cinco años cuando, después de la venta de un inmueble, contrató un depósito a dos años con la entidad bancaria. "Me engañaron, porque resultó ser a cinco años y eran valores relacionados con fondos de inversión y están en Bolsa; he perdido 90.000 euros que ya no espero recuperar, se han esfumado", denuncia con frustración. La consternación del afectado es latente al informar del destino que quería dar al dinero. "Eran unos fondos que quería destinar a cuidados para mi madre, que padece alzheimer", explica, detallando su situación personal: "Tengo pocos ingresos, por cada misa que oficio solo recibo diez euros".

Protesta "informativa"

El párroco no espera recuperar el dinero. "Legalmente es muy complicado y si encima de perder todo este dinero tengo que pagar abogados, ya me dirás", se queja resignado. "Incluso me presenté en el Banco de España de Madrid para reclamar y no sirvió para nada, las entidades bancarias nos estafan como quieren, y principalmente a la gente mayor; hay muchos afectados y engañados, no soy el único, hay más de 130.000 personas afectadas en España".

Feliu asegura que su protesta es meramente informativa: "Quiero que la gente sepa lo que pasa y se atreva a reclamar lo que es suyo". A su entender, "es injusto que muchas personas tengan sus ahorros bloqueados mientras los directivos de cajas cobran indemnizaciones millonarias". Según las asociaciones de usuarios bancarios, se cree que unas 52 entidades han vendido productos, como el de Guillem Feliu, y la cifra de afectados podría superar los 700.ooo. Son tantos los afectados que incluso hay quien ya les ha bautizado como las víctimas del "corralito español".

En la reivindicativa pancarta, el capellán pregunta a la gente si "sabe cómo está" su dinero en los bancos y alerta de la posibilidad de que "no esté seguro". También insta a la población a "reclamar sus derechos", porque "si callas, todo está perdido".

La situación se ha convertido en la comidillla del pueblo y Guillem Feliu explicará su caso a los clientes y personas que transiten por el lugar "unos días más". "Después, no sé si iré a la oficina de Palma, que por cierto fue lo primero que me dijeron aquí, que por qué no me iba a Palma a protestar".

Por su parte, este diario intentó ponerse en contacto con la entidad bancaria para conocer su versión, pero la directora delegada de la entidad afirmó que "de momento" no desea realizar ninguna valoración sobre la situación generada con el capellán.