Fútbol. Primera División

El descenso a Segunda RFEF pone fin a 14 años de ilusiones en el Atlético Baleares

El descenso del primer equipo blanquiazul cierra una de las etapas con más altibajos del club palmesano

La entidad ha vivido 20 cambios de entrenador desde que ascendió a Segunda División B en 2010

Ingo Volckmann, en una foto de archivo cuando el equipo jugaba en Son Malferit

Ingo Volckmann, en una foto de archivo cuando el equipo jugaba en Son Malferit / Diario de Mallorca

Manuel Fernández

Manuel Fernández

El Atlético Baleares consumó este pasado domingo en Ceuta un descenso anunciado casi desde que se inició la Liga 2023-24. Un par de párrafos se destinarán a la historia de una temporada vivida siempre en la zona roja de la Primera RFEF, de nuevo con cambios de entrenador, movimientos en la plantilla en el marcado de enero y una decepción agrandada por el paulatino abandono de una afición que, pese a estar acostumbrada a muchos vaivenes, también lo estaba jugar en la tercera categoría del fútbol nacional. La próxima campaña, el seguidor balearico se estrenará en la Segunda RFEF.

Los últimos 14 años del Atlético Baleares dan para mucho.Sobre todo el primer lustro de su estancia en Segunda B. Y especialmente desde 2014 hasta el presente. En este periodo (2010-2024) la afición balearica ha conocido a dos propietarios, cuatro presidentes, ha ido a tres campos y ha visto 20 cambios de entrenador. ¿Algún club puede ofrecer más?

El ascenso de 2010, con Cursach

Ascendido en 2010 en Tudela, la apuesta de Inverfútbol y Bartolomé Cursach (su propietario entonces), no acabó de cuajar. Aunque el equipo no sufrió, se salvó con holgura en tres temporadas y luchó por el ascenso en la 11-12.

Fue con Gustavo Siviero de técnico, cayendo en la final de campeones con el Mirandés y después con el Lugo que dirigía Quique Setién. Pep Sansó y Paco ‘Chichi’ Soler firmaron después una campaña 12-13 de transición y desilusiones, que culminó con el cierre del Estadio Balear por peligro de derrumbe.

Llegó Nico López al banquillo, con Cursach ya más fuera que dentro (también su presidente Fernando Crespí), el club con problemas económicos y el equipo jugando en Magaluf. Fue la apuesta mallorquina, que gestionó el propio técnico (con Dani Fiol asumiendo la presidencia de la entidad, que acabó en concurso de acreedores). De forma inesperada, el equipo se salvó holgadamente y casi se mete en la lucha por el ascenso. En aquella plantilla llena de jugadores de la isla destacó el rumano Florin Andone, que llegó cedido desde el Villarreal B.

Ingo Volckmann aterriza en el club

La temporada 2014-15 fue un punto de inflexión en la historia del Atlético Baleares. Aterrizó el empresario Ingo Volckmann con el objetivo de subir a Segunda División, el fútbol profesional. El equipo se trasladó a Son Malferit (ya campo de la Federación Balear de Fútbol), remodelado con el dinero del germano para que pudiera ser la sede del equipo hasta la construcción del nuevo Estadio Balear. Quizás, el gran éxito de la actual propiedad.

El inicio de la ‘era Volckmann’ arrancó con cierto aire continuista: Toni Garau asumió el cargo de presidente y Nico López siguió en el banquillo. Y llegó el joven Patrick Messow -que aún sigue tras nueve años- a la dirección deportiva. Pero las exigencias eran altas y el ‘producto balear’ fue aderezado con varios futbolistas europeos. En enero, el equipo tonteaba con el descenso y hubo cambios: cese de Nico, y Siviero al banquillo. Además, Garau dimitía y Volckmann asumía también la presidencia.

En la 2015-16 las expectativas fueron más altas. Christian Ziege, exjugador del Bayern de Munich, fue la apuesta en el banquillo tras despedir a media Liga a Siviero. En una temporada discreta, la afición celebró dos títulos: la Copa Federación y la salida del club del concurso de acreedores.

ROBERTO ALARCON. FUTBOLISTA Roberto Alarcón se lamenta tras fallar una oportnidad en el Atlético Baleares-UB Ibiza

Roberto Alarcón se lamenta tras fallar una oportunidad en el Atlético Baleares-UB Ibiza / G. Bosch

Es a partir del verano de 2016 cuando el club ha vivido sus mayores altibajos en el plano deportivo. Se pasó de luchar por el ascenso, con Josico en el banquillo (se eliminó al Toledo y se perdió con el Albacete) a salvarse del descenso casi de forma milagrosa en la 2017-18: llegó el técnico vasco Manix Mandiola con el equipo casi hundido y se salvó en la última jornada ganando al Ebro (3-1).

Con Mandiola se rozó el ascenso a Segunda

Dos temporadas aguantó Manix en el banquillo blanquiazul, las dos más exitosas a nivel deportivo del Baleares. Campeón en el Grupo III en la 2018-19, nunca tuvo más cerca el ascenso a Segunda: perdió con el Racing de Santander en la eliminatoria de campeones, superó después al Melilla y en la final por subir… se topó de nuevo con el Mirandés.

En la campaña 2019-20 el Baleares volvió a ser campeón, esta vez en el Grupo I y en un año atípico, el de la pandemia por el coronavirusSe jugó una fase de ascenso en sede única y con eliminatorias a un solo partido. El Baleares perdió con el Cartagena en los penaltis la final de los campeones y en semis cayó ante el Cornellà. La gran noticia de esa temporada fue el regreso al Estadio Balear.

Mandiola cerró su etapa en el Atlético Baleares y la propiedad apostó por Jordi Roger, figura clave en las últimas y decepcionantes tres temporadas del equipo. El técnico se ha sentado tres veces en el banquillo y ha sido cesado dos; pero ha seguido de secretario técnico. En junio, al acabar la temporada, saldrá de la entidad.

Su primera temporada fue en la atípica 2020-21, la campaña post-pandemia. Muchos grupos, con pocos equipos y dos fases por disputar. El Baleares fue quinto en la primera y segundo en el grupo de la salvación, con Xavi Calm (ayudante de Roger) ya en el banquillo, para asegurarse la presencia en la novedosa Primera RFEF (de nueva creación, una Segunda B reducida para potenciar la tercera categoría nacional).

La Primera RFEF, un trienio dramático

Los tres años en Primera RFEF han sido convulsos, con varios cambios de entrenador al no alcanzarse las previsiones. En la 2021-22 el objetivo era ascender, pero el equipo ni siquiera alcanzó los play-offs (acabó sexto). El Atlético Baleares no brilló en la Liga, pero firmó una brillante actuación en la Copa del Rey: tras dejar fuera al Calahorra eliminó a dos equipos de Primera, Getafe (5-1) y Celta (2-1) para caer ante el Valencia (0-1) en los octavos de final; su mejor clasificación en el torneo del KO.

Y la temporada anterior, con el objetivo también de pelear por el ascenso, el equipo acabó luchando por la salvación. Una permanencia que se logró en Logroño, con el mallorquín Tato García en el banquillo, y que se festejó casi como un título.

Pero lo peor estaba por venir. La temporada 2023-24 arrancó con muchos cambios en la plantilla. El objetivo era salvarse, sobre todo porque el presupuesto era inferior a las campañas anteriores. Y la apuesta no pudo salir peor: descendidos a Segunda RFEF con 5 jornadas aún por disputarse.

La caída a la cuarta categoría nacional la explican varios factores. Aunque basta con reseñar que el equipo ha estado siempre en descenso desde la tercera jornada de Liga, siendo el menos goleador (17 hasta la fecha) y el más goleado (52, junto al filial del Granada) de la categoría.

Y de nuevo, con varios cambios en el banquillo: inició la Liga el mallorquín Tato García, después llegó el extremeño Juanma Barrero y la acabará el felanitxer Jaume Mut, que firmó hace varias jornadas para empezar a construir el proyecto en Segunda RFEF. A priori, muy mallorquín y focalizado en retornar a Primera RFEF.

Entrenadores del Atlético Baleares desde su ascenso a 2ª B en 2010

Entrenadores del Atlético Baleares desde su ascenso a 2ª B en 2010 / D.M.

Suscríbete para seguir leyendo