"No me acuerdo de ella. Por el hotel han pasado muchos trabajadores". José R.A., supuesto autor del crimen de su amante cometido en 1977 y resuelto a principios de este año, negó en un principio ante la Policía cualquier vínculo con su víctima. El hombre, de 71 años, alegaba que, casi tres décadas después de los hechos, le era difícil recordar.

El pasado 23 de diciembre a mediodía, la Policía fue a buscar al sospechoso del crimen de Dolores Santiago a su domicilio de Camp Redó, en calidad de imputado no detenido. Fue una visita discreta. Los agentes le informaron de que se le tomaba declaración por su presunta relación con el crimen y que éste había prescrito.

El hombre aseguró, ante las preguntas de la Policía, que el nombre de Dolores Santiago no le decía nada. Sólo comentó que le resultaba conocido: "Han pasado muchos años y no recuerdo con detalle".

Cuando los agentes le explicaron que la mujer había desaparecido en 1977 y que trabajaba, como él, en el Hotel Augusta de Palma, José R.A. se acordó: "La desaparición [de Dolores Santiago] fue algo notorio en aquellos años". Sin embargo, el hombre continuó negando que su relación con la mujer asesinada fuese más allá que la de una compañera de trabajo. "La conocía de hola y adiós", comentó.

Así, José R.A. también negó rotundamente cualquier vínculo sentimental con Dolores Santiago y, por descontado, su implicación en el asesinato, cometido según la Policía el 10 de enero de 1977.

A pesar de todo, la declaración del sospechoso era sólo un mero trámite en la investigación. Con la identificación de la víctima finalizada con éxito y tras entrevistarse con decenas de personas, la Policía tenía la certeza que estaba interrogando al autor del crimen.

El sospechoso trabajó, según reza en la declaración policial, en el hotel Augusta del barrio palmesano de La Bonanova durante unos 20 años, hasta el mismo día de su cierre. José R.A. se había convertido en el hombre de confianza de los propietarios del establecimiento, gozaba de libertad de movimientos y tenía acceso a todas las dependencias del mismo. Incluso cuando el hotel ya había echado el cierre continuó trabajando en una finca propiedad de sus superiores.

Dolores Santiago Palenzuela llegó a Palma en 1972 con 48 años y pronto comenzó a trabajar en la lavandería del hotel Augusta. Allí conoció a José R.A., un hombre casado, diez años mayor que ella y conocido por sus compañeros como ´Pepe, el Mallorquín´. Las conclusiones que extrajo la Policía tras siete meses de investigación apuntaban que ambos iniciaron una relación. La mujer, cansada de que el hombre no dejara a su esposa, decidió poner el punto final a su aventura.

Fue entonces cuando supuestamente José R.A. asesinó a su amante y la emparedó en un sótano, justo debajo de la lavandería donde trabajaba la víctima. Allí reposó el cadáver durante 29 años, hasta que el hallazgo de restos óseos permitió a la Policía resolver el crimen.