Fútbol. Copa del Rey

Otra vez los malditos penaltis dejan al Mallorca sin la Copa del Rey

Los bermellones se quedan sin el título tras los errores en la tanda de Morlanes y Radonjic ante el Athletic en un partido en el que se adelantaron gracias a un gol de Dani Rodríguez y que neutralizó Sancet, obligándoles a resistir hasta la prórroga (1-1)

Los 21.000 hinchas presentes en La Cartuja lloraron al caer como en la final de Mestalla en 1998

Morlanes falla el primero de los dos penaltis errados por el Mallorca

Morlanes falla el primero de los dos penaltis errados por el Mallorca / EFE

Sebastià Adrover

Sebastià Adrover

Los penaltis, los malditos penaltis. Como en Mestalla en 1998, el Mallorca cayó ante el Athletic Club y se queda sin la soñada Copa del Rey. Los errores seguidos en la tanda de Morlanes y Radonjic fueron decisivos para que el tercer título de la historia del club tenga que esperar. Llegar al final de los 120 minutos fue un éxito, una circunstancia que explica lo que fue el partido. El gol de Dani Rodíguez en la primera parte llenó de esperanza, pero la realidad es que los bermellones sufrieron de lo lindo para no caer antes de que acabara la prórroga (1-1).

Cabeza bien alta, esto no es ningún fracaso, pero da rabia quedarse tan cerca de una alegría de este calibre, sobre todo porque este grupo de jugadores ha sido capaz de ilusionar a toda una isla y a unos 21.000 aficionados que jamás olvidarán, grandes y pequeños, lo que sucedió en La Cartuja de Sevilla.

Lo mejor de la primera parte fue marcharse con 0-1 en el marcador. El Mallorca empezó algo acelerado, con miedo al error, pero ordenado atrás. Un tiro de Galarreta que paró Greif fue respondido después por otro de Greif quedespejó Agirrezabala. Fue el tanteo de un inicio de choque en el que el Athletic evidenció que prefiere correr que tener el balón y los bermellones que les costaba horrores crear juego. Y justo cuando estaba peor, cosas de fútbol, llegó el gol.

Un saque de esquina de Darder originó una acción embarullada en la que Gio chutó, la sacó el meta y la pelota le cayó a Raíllo, que se la cedió a Dani Rodríguez para orientar el balón y fusilar la portería. La locura se adueñó del fondo mallorquinista, que celebraba un premio inesperado. 

El rival, fiel a su estilo, mostró y lo intentó con disparos de Sancet y Guruzeta, pero Greif estuvo en su sitio. Incluso Iñaki Williams asustó con una contra que abortó Gio en el momento justo.

A los baleares les faltaba más capacidad de tener la pelota, pero no se podía permitir el lujo de cometer errores atrás. Un gran pase de Galarreta a Nico le dejó prácticamente solo, pero su chut se fue fuera, al igual que otro de Guruzeta antes del descanso. 

El panorama habría sido otro en la reanudación si Larin, a pase de Muriqi, hubiera aprovechado la gran ocasión que dispuso ganándole la espalda a Vivian por velocidad, pero su remate fue muy fácil para Aguirrezabala. 

Y en el minuto cuarenta y nueve llegó el empate. Dani Rodríguez perdió la pelota en una zona peligrosa, Nico sirvió un fabuloso balón al espacio y Sancet batió a Greif. Un jarro de agua fría enorme porque era un tanto evitable a todas luces. El Mallorca quedó muy tocado y atravesó los momentos más complicados del duelo. La fiabilidad defensiva se agrietó y eso era un problema serio. Aguirre reaccionó introduciendo a Morlanes y Antonio para buscar más consistencia. Había bajado los brazos, como si el gol hubiera sido el de la derrota y no el del empate. Guruzeta cabeceó tras un saque de esquina, pero Greif blocó seguro. El Mallorca obtuvo algo de oxígeno, pero seguía plano con la pelota y dominio del duelo era del Athletic. Radonjic, que acababa de entrar, protagonizó una buena contra, pero su chut no encontró portería. Y después Yuri lo intentó con un disparo que atrapó Greif. El meta eslovaco, ya en el descuento, repelió un gran tiro de Vivian que iba con mucha violencia.

La prórroga fue la solución menos mala porque el Mallorca agonizó en la segunda parte, pero resistió las ofensivas del Athletic. Valverde dio entrada a toda su dinamita, con Muniain, Raúl García y Berenguer, mientras que el mexicano metió a Maffeo y desplazó a Gio al eje de la zaga.

Precisamente Muniain metió miedo con una volea desviada. Dio la impresión de que a los rojillos ya les iba bien aguantar hasta los penaltis porque en ataque no generaba nada. Otra vez el mismo protagonista, pero esta vez con un chut de falta que salió por centímetros, reflejaba que lo mejor para el Mallorca fuera que el reloj pasara rápido. El partido se iba a decidir por un detalle, era evidente. Antonio no llegó de milagro en la única ocasión en la que su equipo se acercó al área en la primera parte del tiempo extra. Y en la segunda, Berenguer brilló con una gran jugada que Nico remató desviada. 

Aguantar

Tocaba apretar los dientes y resistir, no quedaba otra. Pero como la vida siempre sorprende, el Mallorca estuvo cerca del gol. Muriqi obligó a lucirse a Aguirrezabala con un testarazo maravilloso. Fue la más clara de todo el encuentro. 

La tanda llegó y lo curioso es que se festejó en la grada mallorquinista y no en la rival. Quedaba lo más difícil, o lo más fácil, nunca se sabe. Pero contrariamente a los que pasó en las semifinales ante la Real Sociedad, los isleños estuvieron torpes desde los once metros. Muriqi empezó anotando, pero después los fallos consecutivos de Morlanes, parado por Agirrezabala, y Radonjic, que lo envió a las nubes, sirvieron en bandeja el triunfo a los vascos, que con el tiro de Berenguer se quedaron con la Copa del Rey cuarenta años después.