Fútbol. Copa del Rey

El Mallorca de División de Honor, una generación de oro

Joan Pol, Jan Salas, Carles Sogorb o Alex Woiski encabezan un grupo repleto de talento que hizo historia al conquistar por primera vez la Copa del Rey en Oviedo 

Los futbolistas del Mallorca posan con su familia y amigos anoche a su llegada a la isla.

Los futbolistas del Mallorca posan con su familia y amigos anoche a su llegada a la isla. / RCDM

Miguel Chacártegui

Miguel Chacártegui

La parada de Joan Pol en el cuarto penalti del Espanyol supuso el broche de oro a una gran generación de jugadores de la cantera del RCD Mallorca. Alzarse con la Copa del Rey Juvenil, algo único en la historia de la entidad, significa un antes y un después para muchos de los jugadores dirigidos por Carlos Muñoz. "El mérito de este equipo es que todos hemos ido a una", aseguró el técnico. Futbolistas como el propio portero, clave en la final, Jan Salas, el capitán, Carles Sogorb, internacional, o Alex Woiski, el goleador, han grabado su nombre a fuego y se han hecho nombre en una competición que ya para siempre podrán decir que es suya.

No por nada el Mallorca partía como el gran favorito para alzarse con el título copero disputado en el Carlos Tartiere. Líderes indiscutibles de su grupo tras 23 jornadas, acudieron a la cita como lo han hecho durante la Liga regular. Seguros de su estilo de juego, con hambre de títulos y ganas de revancha por las tres finales que nunca llegaron a ganarse en ediciones anteriores.

La semifinal fue un barrido total, con una goleada sobre el Badalona que metió miedo a cualquiera que le esperara en la final. El Espanyol, segundo en Liga, era el rival. Y los 120 minutos de partidos demostraron por qué los dos conjuntos optaban al título. Calidad, compromiso y mucho fútbol en las piernas de unos chicos casi adultos que ahora miran con ilusión, si nada raro ocurre, a su futura carrera como profesionales.

Uno de los nombres propios de este gran grupo de jugadores es Joan Pol. El guardameta, nacido en 2005, como la mayoría de sus compañeros, ha sido clave en la consecución del título. Cumple con una de las premisas necesarias para llamar la atención como portero: ser atrevido e incluso extravagante. En los cuartos de final, ante el Deportivo, no dudó en ser el que lanzase el quinto penalti y decisivo de la tanda para llevar a su equipo a la Final Four. Y bajo palos, se ha mostrado como un arquero seguro, rápido de reflejos y con una relación especial desde los once metros, deteniendo el decisivo en la gran final.

Si en la portería el Mallorca tiene un seguro, arriba Alex Woiski ha dejado claro que el gol le corre por las venas. Un triplete en la semifinal, con tantos de todos los colores, sirvieron para mostrar el gran potencial que atesora. Y es algo que también sucede en su familia, con su hermana Antonella despuntando en Son Bibiloni con tan solo doce años.

Una de las grandes ausencias en la final fue la de Jan Salas. Capitán, el '10' bermellón encarna todas las características de un mediocentro. Virtuoso con el balón, cuenta con una gran visión en el último pase y con dotes de liderazgo. Su polémica expulsión en la semifinal le birló la posibilidad de ganar en el título en el verde, pero nadie le quitó la ilusión de levantar la Copa.

Carles Sogorb, internacional con España en las categorías inferiores, está llamado a ser un gran lateral en el futuro. Velocidad, descaro, contundencia… Cuenta con todas las características para convertirse en un defensor del que se hablará mucho en el futuro.

Ellos, junto a otros como Pablo Moya, Santi Ávila, Marc Scuri o Axel Bejarano han logrado un hito en la historia de la entidad. Con 18-19 años, tienen todo el futuro por delante. Ahora es misión del Mallorca y la dirección deportiva ayudarles a seguir progresando en su carrera para garantizarse recursos para el primer equipo.

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