Opinión

Sociedad limitada

Muriqi abraza a Kang tras el gol.

Muriqi abraza a Kang tras el gol. / Manu Mielniezuk

Gabriel Forteza

Es la pareja del año. Uno asiste y el otro ejecuta. Uno juega y el otro remata. Y ambos han sostenido al Mallorca punto a punto, victoria a victoria, pases y goles, en definitiva: Kang-in Lee y Muriqi.

Ante el Valencia, una vez más, un centro medido del surcoreano a la cabeza del kosovar dio el triunfo a los mallorquinistas en un partido en el que, además, los bermellones recuperaron la pobre imagen ofrecida en Almería hace unos días.

Y eso que el coreano empezó como lateral izquierdo, una especia de sacrilegio táctico, como se demostró en la segunda parte cuando el protagonista recuperó su zona habitual de influencia dejando la banda izquierda para un lateral natural como Costa.

Me recordó otro sacrilegio infame de años atrás cuando Benito Floro también convirtió a Arango en lateral izquierdo. Ataques de entrenador, digo yo.

Porque no me negarán que podría haber entrado el canterano Marcos Fernández como sí da entrada Baraja a jugadores filiales.

Bien está lo que bien acaba, aunque lo que acaba es la Sociedad Limitada mencionada al principio pues la próxima temporada no jugarán juntos.

47 puntos son garantía de buena temporada a pesar de tropezones imprevistos o faltas de atrevimiento en momentos determinados.

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