Olives Rosselló prepara su desembarco en el futuro polígono industrial de Inca

La histórica empresa con sede en Llubí construirá varias naves en la capital del Raiguer para mejorar la logística y diversificar el negocio

Terrenos del tercer polígono de Inca.

Terrenos del tercer polígono de Inca. / J. Frau

Joan Frau

Joan Frau

La empresa Olives Rosselló, fundada hace 70 años en la localidad de Llubí, ampliará de forma significativa sus instalaciones en Mallorca mediante la construcción de diversas naves industriales en el tercer polígono de Inca, infraestructura que ya ha superado el trámite ambiental y ha entrado en su fase definitiva. 

La compañía creada en 1954 por Joan Rosselló y Magdalena Perelló, pretende mejorar su logística con la implantación de varias naves en Inca, según confirmó a este diario el gerente de la empresa, Joan Ramis. Olives Rosselló posee unos 28.000 metros cuadrados del futuro polígono industrial de la capital del Raiguer. La intención es construir varias naves que podrían alcanzar extensiones de 10.000 metros cuadrados para mejorar la logística de la empresa y cuya ejecución sólo está pendiente de la licencia de obras. «En un par de años podrían estar hechas», apunta Ramis. La empresa no descarta alquilar o vender alguna de las construcciones. De momento se desconoce el número de naves industriales que podrían levantarse en el polígono de Inca. «Se está trabajando en su futura distribución», precisa el gerente.

Actualmente, la empresa cuenta con la fábrica original ubicada en Llubí, que «se ha quedado pequeña» para albergar la actividad empresarial; la finca de Son Mesquidassa (Felanitx), con más de 100 hectáreas de tierras de cultivo, adquirida en 1986; y una nave de procesado habilitada en Sevilla en el año 1992.

Las futuras instalaciones de Inca acogerán parte de la actividad que ahora se desarrolla tanto en Llubí como en Sevilla, desde donde se seguirá centralizando la producción de aceitunas. Desde la capital andaluza se exporta a otros países europeos como Alemania en unas instalaciones «más dimensionadas» de las que dispone la empresa actualmente en Mallorca.

Por ello, las futuras naves industriales de Inca permitirán diversificar el negocio, según explica Ramis, incorporando otros segmentos como los congelados destinados a la industria hotelera y a la restauración en general. También se dispondrá de mucho más espacio para almacenar mercancía, ya que la fábrica de Llubí, «la madre de todo», según el gerente, ya no es suficiente para albergar el trabajo de envasado de aceite que se sigue realizando en Mallorca con las botellas características de ‘setrill’, el formato que «piden los consumidores».

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