PP y Vox renuncian a la expropiación del Fortí d’Illetes que promovió la izquierda

El gobierno municipal de Calvià, formado por PP y Vox, no tiene pensado adquirir ni expropiar los terrenos donde se ubica el Fortí d’Illetes, en plena Milla de Oro urbanística de Calvià y un lugar con gran carga simbólica por albergar un centro de represión en época franquista. El anterior gobierno de izquierdas llegó a iniciar conversaciones con la propiedad -unos inversores británicos-, a fin de comprarla.

En declaraciones a este diario el teniente de alcalde de Urbanismo, Jaime Bujosa (Partido Popular), consideró imposible afrontar en estos momentos una operación de este tipo, después de que el Ayuntamiento esté abonando una indemnización millonaria por la expropiación de la zona costera conocida como Torre Nova o Punta Nadala, entre Palmanova y Magaluf.

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Bujosa argumentó que el Consistorio carece de la «capacidad económica» para expropiar el Fortí. «No nos lo podemos plantear», aseveró. El Jurado Provincial de Expropiación Forzosa estableció un justiprecio de casi 11 millones por Punta Nadala.

Conversaciones

En la pasada legislatura, el gobierno municipal de Calvià formado por PSOE y Podem-Més mantuvo unas conversaciones preliminares con la propiedad para explorar la compra, sin alcanzar ningún acuerdo.

Cuando el anterior equipo de gobierno del anterior alcalde, Alfonso Rodríguez Badal, presentó las líneas básicas de un nuevo plan general de ordenación urbana (PGOU), se anunció que la intención de la administración en todo caso sería expropiar este antiguo cuartel militar. Al llegar al poder, PP y Vox paralizaron ese plan general.

La trascendencia del Fortí d’Illetes viene determinada por varios factores. En primer lugar, está el simbolismo histórico. Este fortín militar fue uno de los escenarios de la represión franquista en la Guerra Civil y en los años inmediatamente posteriores.

Especialistas en la materia han documentado por lo menos medio centenar de ejecuciones únicamente en el periodo comprendido entre los años 1936 y 1942. Entre ellas, la del industrial de Sóller Bernat Marqués. Dado este simbolismo, el gobierno de izquierdas de la pasada legislatura quería que allí se ubicase un centro de interpretación de la memoria histórica.

De hecho, las asociaciones de memoria histórica siempre han defendido que éste debería ser un espacio para el recuerdo y para la reflexión, en línea con el espíritu del Bosc de la Memòria, situado en la Avinguda de la República, que está precisamente justo al lado del Fortí.

Situación privilegiada

La importancia de este enclave viene determinada también por su situación privilegiada en una zona que es el Olimpo inmobiliaro de Mallorca, por sus elevados precios. Declarado Bien de Interés Cultural (BIC) desde 2003, el complejo militar se extiende a lo largo de 155.000 metros cuadrados en pleno frente costero de una de las áreas más cotizadas de la isla.

Se trata de un terreno con vistas al mar que hoy en día presenta un lamentable estado de abandono, entre grafitis, desperfectos, maleza y algunos okupas que, como señalan periódicamente residentes de la zona, merodean por el lugar.

Los proyectos para adquirir estos terrenos datan de hace muchos años. Ya en época del primer Pacto de Progreso, se habló de la posibilidad de que el Govern los pudiese comprar con los fondos de la ecotasa.

Desde el ámbito municipal, los gobiernos de izquierdas han coqueteado también siempre con la idea de habilitar allí una gran zona verde, ahuyentando cualquier posibilidad de un futuro desarrollo urbanístico y turístico, que en la actualidad impide la estricta protección de ese suelo. El terreno está calificado como Suelo Rústico de Interés Forestal.

En la pasada legislatura, se presentó un plan para que el Fortí d’Illetes fuese uno de los nuevos cinco «parques periurbanos» para dar «respiro» a determinadas zonas urbanas muy castigadas por el cemento.

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