Lletra menuda

Las malas hierbas de la burocracia y la desunión

Llorenç Riera

Llorenç Riera

Impulsados por el eco de las protestas que llega desde la península, una representación de los agricultores de la isla introdujeron ayer sus tractores entre el tráfico que prepara la temporada turística y se plantaron en Mercapalma a modo de protesta.

Lo hacían alertando a la opinión pública de que, de no cambiar las cosas, podía estar presenciando el desfile de «la última generación de payeses».

La crisis de fora vila permanece siempre latente. Ahora ha vuelto a eclosionar apretada por la mala hierba del incremento de burocracia irracional y la competencia incontrolada de terceros. A todo ello hay que añadir la insularidad incomprendida y aún otra planta invasiva difícil de erradicar en esta tierra de individualidades. Es la de la desunión de los principales afectados.

Las asociaciones agrarias esperan día para una manifestación que auguran más masiva y los transportistas dan a entender que eso va poco con ellos. Tienen su destino preferente en los economatos de los hoteles. Lo de ayer fue testimonial. Muchos esfuerzos y pocos resultados. Solo la comprensión y alguna promesa genérica del conseller Simonet.

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