Sant Antoni de Pollença: Pau Cifre corona el Pi más seguro

El joven de 16 años desafía el veto impuesto por el Ayuntamiento a los menores y sube el árbol en un tiempo récord en una Plaça Vella repleta de gente

El joven ‘pollencí’ expresa su euforia tras conseguir la gesta en un tiempo récord.

El joven ‘pollencí’ expresa su euforia tras conseguir la gesta en un tiempo récord. / Isaac Buj/Europa Press

Joan Frau

Joan Frau

Pau Cifre, un joven ‘pollencí’ de 16 años, ha desafiado la prohibición de que los menores escalaran el pino y ha culminado el Pi de Sant Antoni en un tiempo récord. Poco antes de las 20,30 horas, la fiesta ya tenía a su héroe. Ha sido una de las fiestas más rápidas que se recuerdan, sin incidentes, que contrasta con la del pasado año, muy problemática. 

El de este año era el que podría ser bautizado como el Pi del semáforo. Con el fin de no repetir los sucesos del pasado año, cuando Sergi Gómez coronó su quinto pino, un árbol excesivamente untado e inclinado, pasada la medianoche, el ayuntamiento de Pollença ha estrenado algunas novedades para reforzar la seguridad de la fiesta y paliar en parte los efectos de la masificación que se produce en la Plaça Vella. Por ello, la subida del pino estaba vetada a los menores de 18 años, una medida que apelaba a la responsabilidad de cada uno porque nadie controlaba los documentos de identidad en la base del árbol. De hecho, ha acabado subiendo el árbol un joven menor de edad. 

Plano general de la Plaça Vella durante la fiesta del Pi de Sant Antoni.

Plano general de la Plaça Vella durante la fiesta del Pi de Sant Antoni. / Isaac Buj/Europa Press

También se habían marcado unas líneas alrededor del hueco en el que se clava el pino para evitar molestias a la organización durante una de las maniobras más importantes de la noche, y por último se habían habilitado luces verdes y rojas que indicaban a la gente cuándo podía abordar el intento de escalada y cuándo debía esperar. Todas las medidas han funcionado bien y en general han sido respetadas por el numeroso público que, un año más, ha completado al máximo el aforo de la plaza ‘pollencina’. También se había acordado no enjabonar el tronco a partir de la segunda cuerda.

La jornada, cálida pero muy ventosa, se ha iniciado al mediodía con una noticia que ha condicionado la tradicional subida a Ternelles, en el caso de Pollença, y Formentor, en el del Moll, para ir a buscar los respectivos árboles cortados una semana antes. Y es que el fuerte viento ha provocado la prohibición del uso del fuego en ambas fincas para prevenir incendios forestales. En consecuencia, no ha habido torradas de arengades, pero este hecho no ha deslucido para nada la fiesta. Cientos de personas, la mayoría muy jóvenes, se lo han pasado en grande y el ‘mesclat’ y otros ‘combustibles’ habituales han corrido de lo lindo. ‘No en volem cap que no sigui dels nostros’, ha sido uno de los himnos de la tarde. 

Llegada del Pi

Tras los esfuerzos y maniobras habituales, el pino de 20 metros ha sido trasladado hasta Pollença, donde ha llegado sobre las 17 horas entre una gran expectación. Como siempre, decenas de personas montaban sobre el tronco pelado, ya totalmente lleno de pintadas. Eran las 19 horas, aproximadamente, mucho más pronto de lo habitual, cuando el árbol ha entrado, no sin esfuerzo, en una Plaça Vella en la que a duras penas cabía un alfiler más. El júbilo era generalizado. Las ‘xeremies’ interpretaban sones de Sant Antoni. La parte más atractiva de la fiesta estaba a punto de comenzar. 

Una hora después, el pino ya estaba plantado, pero el ‘semáforo’ seguía en rojo a la espera de la colocación de las cuerdas. A las 20,08 horas, la luz se ha transformado en verde y ha empezado la batalla entre las decenas de jóvenes que esperaban impacientes el momento de la escalada. En un momento, algunos de ellos ya habían superado la primera cuerda. Parecía que la fiesta acabaría antes de lo esperado. Y más cuando uno ha alcanzado ya la segunda cuerda.

Las maniobras para subir el pino en el centro de la Plaça Vella.

Las maniobras para subir el pino en el centro de la Plaça Vella. / Isaac Buj/Europa Press

Veinte minutos después, el joven Pau Cifre ya había llegado al ‘ternal’, la última cuerda antes de alcanzar el ‘paperí’ y la cesta colocados en lo alto de la ‘ramera’ del pino. Cabe recordar que desde hace unos años no se coloca en el interior de la cesta el gallo vivo que históricamente ejercía de premio para el ganador en cumplimiento de la ley de protección animal. Ya quedaba menos y poco antes de las 20,30 horas ya había conseguido el objetivo. El confeti ha volado en el cielo de la Plaça Vella , que ha recompensado al héroe local con un sincero aplauso. El joven de 16 años no ha podido contener la emoción y ha bajado sin recoger la cesta. Abajo, le esperaban los amigos que se lo han llevado de la plaza en hombros.

Antes, el Pi de Sant Antoni del Port de Pollença, otro ejemplar de 20 metros de altura, ha sido escalado por el joven Rafael Lora. El árbol, procedente de la finca de Formentor, había sido transportado hasta el Moll por vía marítima para ser plantado en la Plaça Miquel Capllonch.

Rafel Lora ha subido el Pi del Moll de Pollença.

Rafel Lora ha subido el Pi del Moll de Pollença. / Punt Informatiu de Pollença

Después de varios intentos, Rafael Lora ha posido coronarlo a primera hora de la tarde, lanzando el confeti que esperaba en lo alto dentro de una bolsa.