Agricultura | ¿Cuál es el pueblo que cultiva la mejor caña de azúcar de Mallorca?

Jeroni Llabrés cultiva desde hace años la materia prima con la que elabora zumo. Se trata de un «proceso laborioso» pero «muy agradecido». Tiene 2.000 metros cuadrados sembrados

Sebastià Sansó

Sebastià Sansó

Cerca de Sant Llorenç des Cardassar una plantación similar a un maizal llama la atención. Situada dentro de unos viveros de plantas y frutas tropicales en pleno Llevant, su simetría y limpieza añade interés. Se trata hileras de caña de azúcar, de hecho la única plantación de este estilo con carácter comercial que existe en Mallorca. «La caña no es una planta invasora como puede ocurrir con el bambú», explica Jeroni Esteva, propietario del asunto, que añade que los tallos «pueden llegan a alcanzar tres metros de alto».

La siembra debe ser entre enero y primavera, a partir de troncos de 30 centímetros de largo y colocados longitudinalmente, nunca de pie, en unas acequias de entre 10 y 15 centímetros. Una vez allí deben taparse con una capa de tierra de no más de cinco centímetros. Solamente así se lograrán buenos resultados.

«La caña no es una planta invasora como puede ocurrir con el bambú»

«Hasta que no pasan doce meses, la cañas no son buenas para el consumo. Y sobre todo mejor si se empiezan a cortar o transformar dentro del segundo año, que es cuando tienen más sabor», sostiene Esteva, que desde hace unos años elabora con ellas el denominado guarapo, o zumo de caña de azúcar. «Una vez cortadas por primera vez, ya sólo hacen falta 10 meses para volver a hacerlo. Si no el zumo no sabe a nada, parece agua sucia».

«Llevo seis años de sembrando, y sé que una vez cortadas viene el proceso más laborioso y costoso: limpiar y desinfectar los trozos uno a uno, para que puedan pasar por la máquina exprimidora sin ningún problema sanitario. Luego se le pone un poco de hielo y lima, o ron si el cliente quiere». 

Jeroni tiene ahora 2.000 metros cuadrados de tierra sembrada, que quiere ampliar hasta los 5.000 m2 más en enero. Una cuarterada que dice que tampoco conlleva un trabajo excesivo de mantenimiento de regadío. «Van por goteo con manguera de 16mm, con un agujerito cada 30 centímetros. Una por hilada es suficiente. Una hora u hora y media, dos veces por semana». Listo.

«Vendo mucha caña para sembrar, tanto para fincas como para decoración o como muro vegetal si no quieres ver al vecino. La caña puede sembrarse hasta a 1,5 metros de los árboles sin ningún problema porque las raíces son pequeñas». Cuando la planta ya es alta y el tronco viejo es el momento de cortar, siempre dejando 10 centímetros en el suelo. El nuevo tronco nace al lado y abajo se llega a formar un especie de pan.

"Vendo mucha caña para sembrar, tanto para fincas como para decoración o como muro vegetal si no quieres ver al vecino"

La planta tropical tiene una vida útil de 10 años y no hace falta que el terreno sea precisamente bueno. «Este es uno de grava y tierra y crecen perfectamente siempre que tengan agua y el abono adecuado. Se utiliza urea, que es lo mismo que se utiliza para el ‘blat de moro’. Personalmente lo mezclo dentro del agua, aunque también se puede echar cada tres meses en forma de granulado».

Para limpiar los aledaños basta una desbrozadora y para cortar las cañas unas tijeras grandes de podar, dejando los nudos en medio porque es de ahí que nacen sus nuevas raíces.

Origen

La esposa de Jeroni, Tania, es cubana. «Hace ocho años en un viaje para visitar a la familia vi que una amiga tenía una caña sembrada como decoración. Me explicó cómo iba todo y me entraron las ganas. Me llevé trozos de 40 centímetros hacia Mallorca y los sembré. Fue tan bien que pronto pude resembrar».

Esteva, que tiene tienda abierta en la finca, donde además también vende aguacates (4.000 kilos al año), guayabas o zapote blanco, es un asiduo de las ferias mallorquinas. Allí es donde elabora in situ el zumo: «primero compré una máquina normal por 200 euros en Amazon. Como no tiene antioxidantes el jugo de caña debe consumirse rápido. Tiene mucha vitamina y nada de química». «Mientras la caña sea vieja puede cortarse todo el año. Se nota si es buena porque su color es rojo. Eso sí debe consumirse en una semana, máximo dos si se conserva en la nevera». Vendo la caña a 4 euros el metro lineal, el mismo precio que el zumo, del que en un buen día feriado suele despachar hasta 300 vasos. «Cuando vamos de feria en dos horas lo suelo acabar todo. De repente vienen curiosos, sobre todo latinos y algún asiático». De sabor moderadamente dulzón, «cada vez es más demandado entre los propios mallorquines».

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