40 años de la histórica manifestación de ‘Salvem es Trenc’

Más de 10.000 mallorquines convocados por el GOB exigieron el 30 de septiembre de 1983 la protección del arenal, amenazado por el macroproyecto urbanístico de una promotora sueca

Cabeza de la manifestación del 30 de septiembre de 1983 para exigir la protección de es Trenc.

Cabeza de la manifestación del 30 de septiembre de 1983 para exigir la protección de es Trenc. / M.A.M.

Joan Frau

Joan Frau

El 30 de septiembre de 1983, unos 10.000 mallorquines salieron a la calle para exigir la protección del emblemático arenal de es Trenc (Campos) frente a un macroproyecto de urbanización presentado por una promotora sueca que pretendía construir encima de las dunas. 

El pasado sábado se cumplieron 40 años de la gran movilización popular, convocada por el GOB, que está considerada como la manifestación ecologista «más numerosa» de las que se habían celebrado hasta la fecha en Mallorca, según recuerda Miquel Àngel March, uno de los activistas históricos del GOB. Seis años antes, en 1977, se había producido la ocupación de la isla de sa Dragonera, otro de los grandes hitos del ecologismo mallorquín.

Las manifestaciones de es Trenc y sa Dragonera «iniciaron un periodo de grandes movilizaciones en defensa de espacios naturales amenazadas; entre 1977 y 1992 fueron numerosas las campañas ecologistas para salvar la Punta de n’Amer, Mondragó, s’Albufera, Cabrera, Capocorb, las calas de Manacor, sa Canova o s’Estalella, entre muchas otras», apunta March, quien añade que «la campaña en defensa de es Trenc marcó la dinámica del movimiento ecologista hasta final de siglo; la conjunción del GOB con entidades sociales, partidos, plataformas y la ayuda de miles de personas y medios de comunicación fue definitiva y marcó la agenda política de Balears, especialmente del Govern y el Parlament».

La movilización popular fue determinante para la protección de es Trenc, hoy parque natural. Un año después de la gran manifestación de 1983, el Parlament aprobó una ley que protegería el arenal «y a partir de aquí, muchos otros espacios naturales amenazados». En 1991, el Parlament aprobaba la Ley de Espacios Naturales, que marcó un punto de inflexión. Además de la consecución de las medidas de protección, las manifestaciones ecologistas «educaron a toda una generación en la participación ciudadana y en el compromiso con todo lo que es público», concluye March. Sin aquellos pioneros, quién sabe cómo serían hoy aquellas zonas naturales que estuvieron a punto de sucumbir a la ‘balearización’.