El cambio climático, ¿una oportunidad para potenciar el surf en Mallorca?

El estudio de una investigadora de la Universitat Rovira i Virgili constata el aumento del oleaje en el Mediterráneo en las últimas décadas u El análisis pone de relieve el potencial de esta disciplina desde el punto de vista turístico

Un grupo de surfistas entrena en el litoral mallorquín.

Un grupo de surfistas entrena en el litoral mallorquín. / Pere Joan Oliver

Iñaki Moure

Iñaki Moure

En Canarias, el sur y norte de España se encuentran los principales santuarios para los amantes del surf: los paraísos de surcar sobre las olas haciendo equilibrios sobre una tabla. ¿Mallorca y otros puntos del Mediterráneo podrían llegar a serlo también en un futuro o, al menos, convertirse en un destino más atractivo en este sentido?

La respuesta es afirmativa de acuerdo a las conclusiones a las que ha llegado una investigadora de la Universitat Rovira i Virgili (URV) de Tarragona, Anna Boqué, en un estudio en que pone de relieve también el potencial turístico de este segmento del mercado para desestacionalizar la oferta.

La clave para entender esa hipótesis reside en el análisis que ha realizado del nivel del agua en las boyas en el mediterráneo, a partir de los datos recogidos por el organismo estatal de Puertos del Estado. De ese análisis, asegura Boqué en declaraciones a este diario, se infiere una tendencia al alza del nivel de las olas. Los datos los ha extraído de puertos de toda la península, pero asegura que esa realidad es perfectamente extrapolable a la isla.

«A partir del análisis de esos datos, podemos saber qué días hubiesen sido óptimos para practicar el surf. Lo que hemos podido ver es que, durante estos años, ha habido un número más elevado de jornadas óptimas para practicar el surf. La tendencia en general así nos lo indica», manifiesta la investigadora catalana, también surfista.

Influencia en las olas

El cambio climático y las nuevas tendencias meteorológicas que lleva asociadas tienen una gran influencia en las olas. Boqué detalla que el calentamiento global implica un aumento de la temperatura del aire, así como de la del mar, y un incremento de los «fenómenos extremos».

«Lo estamos viendo en los últimos años. Cada vez, llueve menos y se acentúan los periodos de sequía. Y, cuando llueve, llueve mucho», indica la investigadora de la URV, quien asegura que se producen «temporales más extremos».

Boqué comenta que, a la hora de analizar patrones meteorológicos y nuevas tendencias, han detenido su foco de estudio en varios deportes acuáticos, agrupándolos en función de las condiciones climáticas que necesitan. Un primer grupo lo formarían aquellas disciplinas en las que se necesita un día con calma, como pueda ser el pádel surf.

Por otro lado, continúa explicando, estarían los deportes que necesitan viento, como el windsurf y el kitesurf.

Días óptimos

Y, finalmente, habría un grupo con las prácticas deportivas que precisan olas, como el surf, evidentemente. «Lo que se ve en el Mediterráneo es que, si estudiamos los días óptimos para cada una de estas actividades, los días que predominan son los de calma y de viento. De oleaje, hay menos días. Eso es normal. Pero, poco a poco, los días de calma van bajando y los propicios para la práctica del surf van subiendo», asevera.

Subsectores turísticos

Boqué destaca la importancia que puede tener el conocimiento de estos nuevos patrones climáticos para potenciar estos subsectores turísticos, contribuyendo a diversificar la oferta de sol y playa, una de las luchas tradicionales de todas las administraciones públicas de la España turística, con Baleares a la cabeza.

El conocimiento de estas tendencias meteorológicas, indica, puede abrir nuevas oportunidades además a los empresarios del sector náutico relacionados con este tipo de actividades deportivas, ya que podrían utilizar patrones predictivos para saber qué días son óptimos para cada una de estas actividades.

Sitios para practicar este deporte en la isla

Las playas de Mallorca que más frecuentan los amantes de este deporte son Son Serra de Marina, Cala Mesquida y cala Torta. Los vientos relativamente fuertes y la orografía de la costa mallorquina favorecen la práctica de este deporte durante, aproximadamente, 175 días al año, según estudios realizados en la UIB. En el litoral mallorquín, la investigadora Patricia Peñas de Haro ha contabilizado un total de 36 puntos muy frecuentados por surferos, en playas o zonas rocosas bajas, según ha concluido a través de la observación y de realizar entrevistas a varios aficionados.

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