Acceso a la vivienda

Subastas: ¿una oportunidad para encontrar pisos asequibles en Mallorca?

Los expertos señalan que las nuevas plataformas de pujas facilitan el acceso a la ciudadanía, pero aconsejan que se analicen factores como que la propiedad esté libre de cargas impositivas

Dúplex que sale a subasta en Binissalem

Dúplex que sale a subasta en Binissalem / Escrapalia

Iñaki Moure

Iñaki Moure

La imagen que tiene la mayoría de la gente sobre las subastas se ha formado a través de esas pujas astronómicas de obras de arte de renombre, en que los interesados, con aire ceremonioso, van levantando el dedo para indicar al maestro de ceremonias que suben la cantidad. Ésa, sin duda, es una cara de las subastas, la más conocida, pero hay que tener en cuenta que este sistema sirve también – sin tanto boato - para dar salida a propiedades procedentes de concursos de acreedores o ejecuciones hipotecarias.

Esta semana, el portal especializado Escrapalia ha sacado a subasta por internet seis dúplex, un local, una parcela urbana, cuatro trasteros, siete plazas de garaje y tres aparcamientos situados en Alaró y Binissalem; bienes repartidos en 19 lotes por un precio de salida de un euro cada uno, que lógicamente se irá encareciendo a medida que avance la puja. Estas propiedades proceden del concurso de acreedores de una promotora inmobiliaria local. Para participar basta con registrarse en esta web, abonar un depósito de garantía y la puja se puede hacer online.

La noticia se ha difundido extensamente en Mallorca, aquejada del problema de los precios desorbitados en el mercado inmobiliario, y la pregunta que se plantean muchos ciudadanos que ahora andan buscando casa como locos en Idealista o Fotocasa es la siguiente: ¿sirven este tipo de subastas para encontrar una vivienda asequible?

«Sí», responde Javier Díaz-Gálvez, que es experto en subastas en la firma Abencys, además de cofundador de ‘Diario de Subastas’. «Sí», aclara a continuación, «siempre que la subasta sea transparente y que tenga toda la información necesaria». Díaz-Gálvez explica que en los últimos años han surgido varias plataformas especializadas, como Escrapalia, que ayudan a los juzgados a dar salida a todo tipo de propiedades. «La administración de justicia promueve que se venda todo en subasta digital», afirma.

Estas plataformas le están ganando terreno al tradicional Boletín Oficial del Estado (BOE). Son más fáciles de navegar y ‘venden’ mejor el producto a subastar, aportando fotos e, incluso, vídeos hechos con drones. También facilitan el registro de los que quieran participar en la puja. Van quedando atrás los tiempos, sostiene Díaz-Gálvez, en que estos procesos de liquidación eran un coto de unos pocos ‘subasteros’ que se regían por sus propias normas.

«Las subastas son una oportunidad, pero deben asesorarse previamente si no son personas que no conocen la materia. Deben consultar si esa propiedad tiene cargas y, también, deben comprobar si existe okupación»

A las personas que quieran participar en este tipo de subastas en plataformas online los expertos les dan una serie de consejos. «Las subastas son una oportunidad, pero deben asesorarse previamente si no son personas que no conocen la materia. Deben consultar si esa propiedad tiene cargas y, también, deben comprobar si existe okupación», apunta.

Alaró y Binissalem

El abogado especializado en derecho mercantil Héctor Peidro asegura que esta semana ha recibido varias llamadas de personas pidiendo asesoramiento tras el anuncio de Escrapalia de que subasta dúplex con precio de salida a un euro en Alaró y Binissalem. «¿Es de fiar esta plataforma?», era una de las preguntas que le han hecho. Responde que sí, pero también dice que en estos procesos «hay que tener cuidado, porque la casa puede tener cargas impositivas». «A lo mejor me lo llevo por 100.000, pero después tiene impuestos pendientes de 200.000», apunta. Peidro indica que comprobarlo es fácil. A través del Registro de la Propiedad, se puede pedir una nota simple o certificado de cargas. 

Agrega que, si el bien procede de un concurso de acreedores y por tanto de una sociedad que quebró, conviene tener en cuenta que «la deuda suele ser bastante alta». Recuerda además que, en este tipo de plataformas, se establece que el pago de la plusvalía (impuesto que grava el incremento del valor de la propiedad cuando se produce una transmisión) corre a cargo del licitante. Igualmente, suele haber una comisión para la compañía que organiza la subasta, en torno al 2,5%. «Se puede pujar, sí, pero siempre con información, porque, si no, es como una lotería», sostiene Peidro.

Pros y contras

La cofundadora de la plataforma Colibid Elena Gutiérrez ve pros y contras. «Es verdad que dan la oportunidad de encontrar inmuebles a muy buen precio. A un 20 ó 30 por ciento de diferencia respecto al valor real. Además son subastas públicas y todo el mundo puede acceder», dice esta alto cargo de Colibid, una plataforma en que son los bancos y los brókers inmobiliarios los que pujan para ofrecer las mejores condiciones de hipotecas a los usuarios registrados.

"No puedes ir a ver las viviendas que se subastan. Compras a ciegas. No puedes hacer una tasación y no puedes pedir hipoteca por ella. Lo tienes que pagar a tocateja. Y, si ganas la puja, no dispones de mucho tiempo para pagar la deuda»

Gutiérrez sostiene que las subastas de viviendas tienen «inconvenientes». «Primero, no puedes ir a verlas. Compras a ciegas. No puedes hacer una tasación y no puedes pedir hipoteca por ella. Lo tienes que pagar a tocateja. Y, si ganas la puja, no dispones de mucho tiempo para pagar la deuda», indica Gutiérrez, quien considera que «es una muy buena alternativa para personas que busquen invertir y tengan experiencia en lo inmobiliario». «En cambio, no se lo recomendaría a un particular que es la primera vez que hace una inversión de este estilo y que lo quiera hacer por su cuenta», aconseja.