El emblemático Santuari de Gràcia custodia la tumba del obispo auxiliar de Barcelona Antoni Vadell, fallecido en febrero a los 49 años tras una larga enfermedad.

El santuario permanece cerrado desde finales de enero de 2017 después de que unas intensas lluvias que provocaran la caída de parte del aparcamiento. Desde entonces una valla-protección metálica impide el paso. «Por seguridad», alerta el propio santuario, solo se puede visitar la iglesia y el sepulcro de Antoni Vadell los jueves de 15 a 19 horas y los sábados de 9 a 13 horas. Esta restricción de visitas han llevado a familiares y allegados del que fue obispo auxiliar de Barcelona a pedir la reapertura del santuario porque, según recoge Catalunya Cristiana, hay mucha gente que quiere visitar la tumba pero el hecho de no poder ir cuando uno quiere, limita las visitas. Así lo afirma su hermano Joan Vadell a la publicación catalana, que también recoge las opiniones de amistades de la infancia que apuntan que «la gente de Llucmajor tiene ganas de visitar la tumba pero las limitaciones de acceso suponen un freno.

El que fue obispo auxiliar de Barcelona, Antoni Vadell. | DM

Desde el Bisbat de Mallorca explican que por tema de seguridad el santuario solo se puede visitar los jueves por la tarde y las mañanas de los sábados. Detallan que hay una persona encargada de velar por la seguridad de los visitantes y avanzan que una vez estén listas las obras de rehabilitación, el santuario se podrá visitar sin restricciones.

De hecho, Catalunya Cristiana recopila las explicaciones del entorno de Antoni Vadell en las que sentencian que el santuario es un lugar muy especial para la familia. El desaparecido obispo auxiliar de Barcelona pidió ser enterrado en Nostra Senyora de Gràcia para ayudar a la reapertura del santuario. «Si yo estoy aquí será una de las razones de peso para que el ayuntamiento de Llucmajor y el Obispado de Mallorca se pongan de acuerdo para arreglarlo», desvela Joan Vadell al semanario.

La regidora de Cultura, Xisca Lascolas, recuerda que el pleno de abril aprobó destinar un remanente de tesorería de 350.000 euros para reparar y consolidar el muro de la explanada del aparcamiento de este centro de culto. Será, una vez ejecutadas estas obras cuando el santuario pueda volver a abrir sus puertas sin restricciones de visitas como las actuales por motivos de seguridad.

La familia de Antoni Vadell pide la reapertura del Santuari de Gràcia para visitar su tumba rf

Prometedora figura

El que fue obispo auxiliar de Barcelona nació en Llucmajor el 17 de mayo de 1972. Un cáncer de páncreas, diagnosticado en 2021, segó su vida el pasado mes de febrero. El pesar por su prematura muerte llenó las catedrales de Barcelona y Palma. La juventud marca por igual la trayectoria vital de Antoni Vadell en lo personal y en lo pastoral. Sin ninguna duda, la memoria del obispo llucmajorer queda sellada como la de uno de los clérigos mallorquines más brillantes y activos de los últimos tiempos que ya gozó de prestigio y muestras de liderazgo en sus tiempos de seminarista. La iglesia de Mallorca perdió con su prematura muerte a una de sus figuras más prometedoras y mejor aceptadas. El fallecimiento de Vadell significó la desaparición de uno de los obispos más queridos de la Iglesia en Cataluña y Mallorca, que será recordado durante mucho tiempo por su constante sonrisa, su cercanía y bonhomía. La enfermedad hizo que su ministerio episcopal en Barcelona fuera muy breve. Llegó en 2017, pero muy pronto cosechó simpatías, sobre todo trabajando con los jóvenes y las personas más volcadas en la nueva evangelización.