Más de 1.000 personas asistieron ayer a la Catedral de Barcelona a la misa funeral de corpore in sepulto del obispo auxiliar de dicha ciudad, el mallorquín Antoni Vadell Ferrer, que falleció el sábado a los 49 años a causa de un cáncer de páncreas.

La celebración eucarística fue presidida por el arzobispo de Barcelona y presidente de la Conferencia Episcopal Española, el cardenal Juan José Omella, y concelebrada por los obispos auxiliares, Sergi Gordo y Javier Vilanova.

A la misa asistieron numerosas autoridades civiles, como el quinto teniente de alcaldía del ayuntamiento de Barcelona, Albert Batlle; la directora general de asuntos religiosos de la Generalitat, Yvonne Griley; el rector de la Universidad Ramon Llull, Josep Maria Garrell, y militares como el inspector general del ejército de tierra, Manuel Busquier, así como representantes de otros cuerpos y fuerzas de seguridad, como el comisario jefe de Mossos d'Esquadra, Eduard Sallent.

«Es siempre doloroso enterrar a una persona querida. Se nos rompe el corazón ante la muerte de nuestro querido obispo auxiliar de Barcelona, monseñor Toni Vadell Ferrer», expresó Omella.

«Tanto él, como todos los sacerdotes que he conocido en nuestra diócesis afectados por la enfermedad, la han sabido llevar con gran dignidad humana y creyente, dándonos un ejemplo admirable de cómo debemos ponernos en las manos de Dios aceptando siempre su voluntad», subrayó el cardenal.

Omella invocó también a la Verge de Lluc, patrona de Mallorca, de donde era Vadell. Precisamente hoy, de 10h a 15h, en el altar mayor de la Seu , tendrá lugar la capilla ardiente.

Posteriormente, a las 17h, el obispo de Mallorca, Sebastià Taltavull, presidirá el funeral, que concelebrarán el arzobispo de Barcelona y los obispos Javier Vilanova y Sergi Godo. La misa funeral podrá ser seguida en directo por transmisión streaming.

A continuación, el féretro será trasladado al santuario de Nostra Senyora de Gràcia, en Llucmajor, la localidad natal de Antoni Vadell, donde recibirá sepultura al día siguiente en un acto estrictamente familiar y privado.

El alcalde de la región mallorquina, Éric Jareño, lamentó ayer la «gran pérdida para los llucmajorers» y añadió que «siempre se le recordará con su gran sonrisa y predisposición por ayudar». El Ayuntamiento colocará una placa conmemorativa en la casa en la que nació Vadell, en la calle del Born de Llucmajor. También se creará una escultura honorífica en la entrada de la iglesia parroquial de Sant Miquel en el pueblo, y se cambiará el nombre de la Plaza de Santa Catalina Tomás por el de Monseñor Antoni Vadell.