La reordenación del centro de Andratx prevista por el Ayuntamiento, que contempla la peatonalización de la plaza de España y un nuevo aparcamiento subterráneo, genera disparidad de opiniones en el pueblo. En general, uno de los colectivos más afectados, el de los comerciantes, no ve con malos ojos la reforma, pero observa con temor la pérdida de plazas de aparcamientos públicos que implicará mientras dura la obra.

Superado el ecuador de la legislatura, el equipo de gobierno ha lanzado a la opinión pública este ambicioso proyecto para "dinamizar" el centro de la vila. La peatonalización de la plaza de España no sería la única. Se extendería además a otras calles que conectarían el punto neurálgico de Andratx con Son Mas, donde se acondicionaría otra gran zona verde y de recreo con un estacionamiento con capacidad para más de dos centenares de estacionamientos. Si se lleva finalmente a cabo, la inversión estimada ascendería a 4,5 millones de euros, que serían subvencionados en parte por el Consell de Mallorca, según la previsión del alcalde Llorenç Suau (PP). Los comerciantes del centro cuestionan que, con la reforma, a sus potenciales clientes se les pueda hacer más complicado aparcar en la zona. En esa línea, Mayka, que dirige una agencia de viajes, considera que "la idea no es mala". "Me parece de entrada beneficiosa para los vecinos y comerciantes, pero hay que solucionar el problema de estacionamiento que puede suponer en un futuro. Considero que antes se tendría que abrir el aparcamiento y luego acabar las obras en la plaza", argumenta.

Puri Luque, que tiene un pequeño comercio de electrodomésticos en la zona, cree que la reforma podría ser "un balón de oxigeno para el pequeño comercio, pero habría que valorar el tema del aparcamiento ante la pérdida de una treintena de aparcamientos en el centro". Asun Puga y Xavi Palomar, que dirigen sus respectivos comercios en la calle Constitución, están a favor. Xavi sostiene que la plaza puede convertirse realmente en un "centro neurálgico" añadiéndole "atractivo turístico". Por su parte, Asun afirma que le parece bien, porque, dice, "vamos a ganar en espacio". "Hay que cambiar el ambiente, la peatonalización puede darle otro aire mejor con el que también contar con más seguridad", agrega. Entre los afectados, hay personas que se oponen frontalmente a la reordenación. Es el caso de Gaspar Alemany, que regenta la farmacia, que ha iniciado una campaña de recogida de firmas que ya lleva, según informa, unas 300 apoyos para que la plaza se quede como está. "Considero que el centro reúne actualmente todos sus atractivos, posiblemente mejorables, pero no necesita una reforma como la que presentan", dice Gaspar, quien en la presentación pública de la iniciativa ironizó sobre si el plan implicaba "dinamizar o dinamitar la plaza".

Por su parte, Claudia y Ana, que trabajan en la panadería la Plaza, temen el tiempo que puedan durar las obras en el centro para llevar a término el proyecto. "Son capaces de empezar las obras en pleno agosto", manifiestan. Las dos consideran "aceptable" la futura dinamización de la plaza, pero, al igual que los otros comerciantes, creen que hay que buscar soluciones a la falta de estacionamiento.

Desde la oposición

En la oposición municipal, el portavoz del PSOE, Miguel Ángel López, criticaba la intención de privatizar el futuro aparcamiento subterráneo que refleja el proyecto en Son Mas y quitar la mayoría de estacionamientos actuales en el centro del pueblo. Mientras, el portavoz del PSM-EN, Joan Manera, considera que es necesario, antes de nada, un estudio global de movilidad en el centro. "Actualmente la plaza, como centro del pueblo, presenta numerosas barreras arquitectónicas que necesitan solución", argumenta.