Inician los trabajos para derribar la vivienda siniestrada de la calle Polvorín

La empresa encargada ejecuta trabajos para vaciar la casa y valla el perímetro antes de proceder a la demolición

Empieza la cuenta atrás para que los 28 vecinos desalojados desde finales de febrero regresen a sus hogares

La casa se hundió parcialmente.

La casa se hundió parcialmente. / Guillem Bosch

Jaume Bauzà

Jaume Bauzà

El Ayuntamiento de Palma inició ayer los trabajos para derribar la vivienda del a calle Polvorín que a finales de febrero se hundió parcialmente. De este modo, ahora sí, empieza la cuenta atrás para que las 28 personas desalojadas de las viviendas colindantes regresen a sus casas.

La empresa encargada de los trabajos de demolición valló ayer el perímetro de la casa siniestrada y cortó la calle al tráfico rodado. Los operarios ejecutaron trabajos de vaciado del inmueble y de retirada de escombros antes de proceder al derribo.

Esta intervención ha tardado más de lo deseado después de que el regidor de Urbanismo firmara el pasado 12 de marzo un decreto para derribar la casa «con la máxima inmediatez posible». Entonces estimó que los trabajos arrancarían una semana después, pero la tramitación ha sido más larga de lo previsto.

Los 28 vecinos desalojados de tres edificios colindantes el pasado 26 de febrero podrán regresar a sus hogares en unos días, cuando la empresa adjudicataria haya culminado el derribo. Habrán pasado en torno a un mes y medio alojados en casas de familiares y centros de acogida municipales.

El día del siniestro la planta interior de la vivienda se vino abajo, justo cuando el propietario había iniciado una reforma. Los tres albañiles que se encontraban trabajando en ese momento salieron milagrosamente cuando la estructura empezó a ceder, por lo que el incidente se saldó sin víctimas.

"Hundidos los forjados y la cubierta"

Una inspección municipal vio riesgo de derrumbe inminente de la fachada de la vivienda siniestrada, con riesgo de contagio a las de las casas más cercanas. «Se ha hundido la totalidad de los forjados y la cubierta, quedando las fachadas con la base desplazada hacia el interior y la parte superior abierta hacia fuera, generando una inestabilidad cercana al colapso», describía el informe.

Y especificaba que los números 5 y 9 de Polvorín, y en el 94 de Robert Graves, corren riesgo de verse afectados.

«Solo queda que la empresa contratista ponga los medios que permitan la demolición controlada. No consiste en entrar con una excavadora y tirar los tres muros existentes. Se tienen que asegurar unos parámetros para salvaguardar la seguridad de los edificios colindantes y hacer que cuanto antes esas familias desplazadas puedan volver a sus casas», indicó Fidalgo hace dos semanas.

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