Un proyecto de Cáritas en Palma que empodera a mujeres en situaciones vulnerables: "No están solas"

Cáritas lleva a cabo un proyecto en la parroquia de San Alonso para que las usuarias vulnerables tengan un paréntesis en su día a día y se cuiden a sí mismas

La parroquia San Alonso acoge el grupo de usuarias de Cáritas que se reúnen cada dos semanas. | MANU MIELNIEZUK

La parroquia San Alonso acoge el grupo de usuarias de Cáritas que se reúnen cada dos semanas. | MANU MIELNIEZUK / Irene R. Aguado

Irene R. Aguado

Irene R. Aguado

Son casi las diez de la mañana y en la parroquia San Alonso empiezan a llegar mujeres de distintas edades, nacionalidades y situaciones personales. Algunas se conocen y se saludan muy cariñosas; otras se ven por primera vez. Todas ellas forman parte del proyecto que lleva a cabo Cáritas en Palma: «El objetivo es crear un espacio de encuentro entre mujeres que necesitan un paréntesis para salir de su día a día. Hacemos talleres y actividades con el objetivo de que se cuiden y sientan que ellas son lo importante en este espacio», explica la psicóloga que coordina este proyecto, Marga Seguí, con mujeres en riesgo de exclusión social y situaciones vulnerables.

En la sesión de este viernes toca taller de estética y cuidado personal. Una esteticista voluntaria les explica lo que van a hacer: se aplicarán unas mascarillas caseras, hechas a base de productos como aguacate o plátano, para suavizar las ojeras y las líneas de expresión de la cara: «Tienen efecto antioxidante y sirven para nutrir y estirar las bolsas de debajo de los ojos y las arrugas», detalla la profesional. De las nueve usuarias presentes, la mayoría se aplican la mascarilla con entusiasmo, pero no todas: algunas han venido solo para disfrutar del ambiente distendido, cálido e íntimo que se genera entre ellas a medida que pasan los minutos.

Mientras la esteticista elabora el preparado, las mujeres se cuentan qué tal han ido estas dos últimas semanas. «Me dais alegría y felicidad, el día que vengo me siento como nueva», dice una de ellas. «Vamos a salir de aquí divinas», ríe otra usuaria con la mascarilla ya aplicada en los pómulos. «Ya somos divinas», contestan las demás. El grupo se reúne cada 15 días en la parroquia y es abierto, aunque todas las integrantes son de edades a partir de los 50 años y usuarias de Cáritas por distintos motivos, derivadas por sus respectivos trabajadores sociales a este proyecto.

Trabajan con talleres de yoga, crecimiento personal, formaciones sobre envejecimiento, menopausia, higiene postural o alimentación, entre muchas otras actividades. Lo más importante, insiste Seguí, es el espacio de encuentro que generan: «Algunas usuarias se van después de la sesión a tomar un café, eso es lo que queremos», señala. Una estudiante de Psicología en la UIB, Martina Danielova, voluntaria en Cáritas, se apuntó hace unos meses para ayudar en las sesiones, que duran cerca de dos horas.

La sesión está terminando y las mujeres se enjuagan la cara con agua para retirarse el producto. Para las nueve usuarias, ha sido más que un taller de estética: entre risas, consejos y mascarillas caseras han podido poner pausa a sus situaciones personales, algunas muy complicadas, y se han tomado un tiempo para ellas mismas, relacionándose con otras mujeres que viven realidades similares. «Crean un vínculo de apoyo mutuo que va más allá de las dos horas que dura la sesión», explica la psicóloga encargada: «No es un grupo terapéutico, sino de convivencia. Intentamos que se sientan acompañadas, que sepan que no están solas».

Al acabar, la esteticista les recuerda: «Tenéis que mimaros, valéis mucho. Si alguien os dice lo contrario, no le hagáis caso», les pide. Y añade: «Os quiero mucho, nos vemos pronto». Al salir de la parroquia, algunas han quedado para acompañarse en sus recados. El grupo se volverá a ver dentro de dos semanas, incluso puede que hagan una excursión para «cambiar de aires»: «Algunas están esperando a que pasen los 15 días para verse de nuevo porque es su espacio de desconexión». No saben qué actividad les tocará el próximo día, y en realidad, tiene poca relevancia. Quieren volver a encontrarse en este espacio de complicidad y confianza que, en los momentos difíciles que atraviesan, les da fuerza para seguir adelante.