Paquita Bonnín, presidenta de los placeros de Pere Garau: «La inmobiliaria ha llegado al mercado para revivirlo»

La presidenta del recinto defiende el papel de la agencia para «innovar» en un periodo «difícil»

Paquita Bonnín posa junto a su padre, Pep Bonnín, expresidente de los puestos del mercado.

Paquita Bonnín posa junto a su padre, Pep Bonnín, expresidente de los puestos del mercado. / BERNARDO ARZAYUS

Irene R. Aguado

Irene R. Aguado

La presidenta de los puestos del mercado de Pere Garau, Paquita Bonnín, defiende el papel de la inmobiliaria recién abierta para «revivir» el recinto y que «coja fuerza» después de una etapa de goteo constante de cierres y una grave falta de mano de obra que afecta no solo a la hora de proveer de personal a los locales en activo, sino también para reabrir los que están vacíos.

«Podemos hacer tres cosas: dejarlo morir, abrir veinte bares más y convertirlo en un mercado gastronómico o innovar con otros negocios como la inmobiliaria», comenta Bonnín en palabras a este diario.

La presidenta de los placeros defiende que la gran mayoría de los clientes habituales del mercado de Pere Garau son residentes o vecinos del barrio (a diferencia de otros mercados municipales de la ciudad) y, por tanto, los clientes que recibe esta inmobiliaria suelen ser mallorquines: «No veo la gentrificación. Es mejor que los puestos y los pisos se compren y vendan a nuestros clientes que a extranjeros. Los dueños del negocio también son de aquí. No pondríamos una inmobiliaria suiza o noruega porque no es lo que necesita este mercado», remarca la también responsable de la junta directiva de los puestos.

Bonnín pone en valor que la agencia inmobiliaria se haya ofrecido «de forma altruista y sin cobrar comisiones» a gestionar el alquiler de algunos puestos vacíos: «No sacan un beneficio por ayudarnos y aun así tienen muchas ganas de colaborar con nosotros, ellos son los primeros interesados en que el mercado funcione y han llegado para contribuir a revivirlo», comenta. De hecho, cuando un particular compra un piso, la inmobiliaria le regala 250 euros para gastar en los puestos del mercado, señala la presidenta.

La empresa concesionaria, Mergrau S.A., tiene todavía 13 años por delante para explotar el recinto pero atraviesa un «momento difícil», añade Bonnín: «No hay pescaderos, carniceros, fruteros... nos falta gente. Tenemos puestos que buscan personal desde hace más de seis meses. En un contexto como este, el mercado tiene que innovar», subraya.

Este mes de septiembre abren dos bares. En los últimos meses también ha abierto sus puertas un local de comidas preparadas o una charcutería. De esta manera, los placeros tratan de hacer frente a la fuga de puestos que empezó en la pandemia y que también ha provocado la falta de aparcamiento, el estado de las instalaciones, los nuevos hábitos o los elevados costes, motivos que llevan a una etapa de decadencia del mercado.

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