El arquitecto del muro que bloquea el paso a 36 coches en Palma insiste en que el solar que compró «nunca ha sido un parking»

El arquitecto que construyó un muro que bloquea el paso a 36 coches a sus plazas de aparcamiento en una comunidad de propietarios en la calle Can Fonoll de Ciudad Jardín asegura que en el año 2020 compró un solar en el que «nunca ha existido un parking», sino que fue un año después cuando se comenzó a rehabilitar este espacio como aparcamiento a través de unas «obras ilegales», alega Andreas Hummel.

Los vecinos, por su parte, disponen de las escrituras firmadas ante notario en las que consta este espacio y les otorga una servidumbre de paso sobre la parte subterránea de la propiedad de Hummel. A la práctica significa que, según los documentos que muestran los vecinos, tienen derecho de atravesar la propiedad de Hummel para llegar a la suya (en realidad, no pueden porque hay un muro que bloquea el paso).

Conflicto vecinal por un muro que impide el paso de 36 coches a un aparcamiento en el barrio de Ciudad Jardín

El arquitecto, sin embargo, dispone de un informe que constata la «ineficacia» de la declaración responsable de los aparcamientos: «Solo quiero evitar obras ilegales en mi solar que impiden el transcurso de mi obra», alega. Los vecinos, en cambio, aseguran que tienen toda la documentación en regla y que únicamente les faltaba pedir el vado antes de que el muro les cerrara el paso.

El proyecto "es ineficaz"

Hummel está construyendo una vivienda en la planta superior, mientras que el aparcamiento se ubica en el subterráneo del solar. Alega que el proyecto de este parking «es ineficaz por las deficiencias severas que presenta» y, por tanto, ha delimitado su parcela construyendo una pared que bloquea el paso a sus vecinos. Detalla que de las 36 plazas de estacionamiento la mayoría son de la promotora, de una inmobiliaria o están embargadas por parte de bancos, una versión que niega la comunidad de propietarios, que alega que la promotora y la inmobiliaria ya ha vendido muchas plazas a vecinos del barrio. Hummel también adquirió una plaza, explica, a un particular, porque supuso «que la obra sería legal».

Pared provisional

Desde la comunidad de propietarios reiteran que su documentación está en regla y que pagan el IBI correspondiente (unos cinco euros anuales por plaza). Explican, de hecho, que esperaron de buena fe a finalizar la obra de la rampa de bajada al subterráneo para que Hummel no tuviera que levantar los cimientos al construir su vivienda, pese a que podían no haber esperado.

Los residentes también recuerdan que la servidumbre de paso (que les permite atravesar la propiedad de Hummel) es, precisamente, un factor que devalúa el precio del solar que compró el arquitecto, y que debe respetarla porque consta en las escrituras. El arquitecto insiste en que la pared que ha construido es provisional y que cuando sus vecinos tengan una licencia de obra válida la derribará.

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