Contra el parque fotovoltaico en Selva

Tim Dyas

Me gustaría hacer un comentario sobre dónde estamos después de la buena noticia de que «El macroparque solar de Inca y Selva queda frenado por la falta de conexión» (Diario de Mallorca del 16 de marzo). En la misma página hay otro artículo de Llorenç Riera donde advierte: «El olvido simulado o la inactividad momentánea también pueden ser componentes de un plan estratégico. No resulta descartable que el frenazo tenga por pretexto ganar tiempo para templar ánimos con la esperanza de que amaine la tensión y se desvíe la atención que pesa sobre el proyecto. O que el cansancio cause mella en los movimientos de protesta».

Yo añadiría que les vendrá muy bien a los gobernantes que nosotros descansemos durante los dos meses que faltan antes de la elecciones municipales y autonómicas. Precisamente ahora es crucial que sigamos concienciando a los ciudadanos de Mallorca de la destrucción sin precedentes del paisaje del interior de la isla, entre otras cosas organizando mesas redondas en los varios pueblos afectados por estos macroparques.

Después de esta noticia nos hemos enterado de que Fenix Energy, lejos de desistir, ha exigido a la Comisión de Medio Ambiente de Baleares que haga el informe de impacto medioambiental, mientras que recurre el punto de acceso o conexión a la red. 

Todos estos requisitos de protección son superados por las declaraciones de «proyecto industrial de interés estratégico» por parte de la conselleria de Transición Energética. El Govern se equivoca si piensa que son sobre todo las asociaciones de protección del medio ambiente las que ponen palos en las ruedas de la producción de energía limpia. Cuando estábamos recogiendo las mil firmas en contra del parque, apoyados por los alcaldes de Selva y Moscari, la gran mayoría querían firmar. Unos pocos tenían dudas y casi nadie estaba a favor, ¡solo los promotores!

Las multinacionales y grandes eléctricas como Endesa no tienen interés en el autoconsumo, ya que de esa manera ellas no venderían electricidad. Entonces las empresas de placas solares en Baleares no podrán asumir la tarea de instalarlas en polígonos, grandes superficies etc. con el apoyo del Govern. Esto crearía muchos puestos de trabajo y grandes ganancias para las empresas locales en vez de enriquecer a las multinacionales que han causado el cambio climático en primer lugar.

Parece que el plan energético para Mallorca tiene previsto cubrir entre el 2% y 5% de la isla con placas solares. Selva tiene 4.785 hectáreas (el macroparque de Son Fuster cubre 52 hectáreas, aproximadamente el 1% del municipio). O sea, que si el plan se cumple puede haber cinco parques fotovoltaicos del tamaño de Son Fuster en este hermoso rincón de Mallorca. ¿Que quedará de Selva? En el coloquio organizado por la asociación proteccionista ARCA en Can Salas, el director general de Transición Energetica, Pep Malagrava, parecía muy orgulloso del trabajo del Govern en este campo. La última palabra la tendrán los mallorquines en mayo.

Tim Dyas, coportavoz de la plataforma contra la instalación de los megaparques fotovoltaicos de Son Fuster.