Opinión

La divina Acracia

Joan Salvat-Papasseit

Joan Salvat-Papasseit / Archivo

…Y su más relevante impulsor desaparecen ahora hace 100 años. Centenario de la muerte de Joan Salvat Papasseit y de la Vanguardia. La obra de este autor se va a situar en el primer periodo de las manifestaciones vanguardistas de Catalunya. Los inicios más o menos en 1916 con Josep M. Junoy, Joaquim Folguera i J. V. Foix. El llamado Noucentisme había convivido de 1906 a 1923. Joaquim Molas asegura que su obra manifiesta «una vida de misèria que buscava una sortida a la llibertat…» Morirá en plena juventud a los 30 años. Libertad, enfermedad y optimismo. J. Pla que no era nada sospechoso de amar la subversión dijo de él: «Salvat fou tot el contrari de l’home mediocre, assegurat, badoc i fadament rialler. No fou un vegetatiu. Fou un home intens, apassionat, de temperatura permanent. La poesia autèntica exigeix una gran tensió. Salvat la tingué». (OC29,356/357). Joan Salvat frente a las elites del Noucentisme y el Modernisme saldrá en el tercer grupo donde se va a enmarcar para la posteridad: «Les Avantguardes».

Autodidacta y anarquista. Las raíces maternas son gitanas. Ambos padres del barrio de Sans. Elvira Papasseit Orovit y Joan Salvat Solana, este, fogonero de oficio, trabajaba en la compañía transatlántica y va a tener un accidente que le causará la muerte. Salvat no tuvo una infancia feliz. De niño vivirá en el Asilo Naval Español, en una corbeta. Los orígenes gitanos son curiosamente coincidentes con otro rebelde catalán y antifascista, el pintor Helios Gómez.

En 1901 queda huérfano de padre. Nacido cuatro años antes de la Oda a Espanya de Maragall. Vida difícil. Mucho. A los once su inclinación religiosa será como la luz del rayo, dura poco. El 1909 con la Setmana Tràgica i el Manifiesto Futurista de Marinetti se encuentra de aprendiz dando el salto a un taller de escultura religiosa. 1914 Guerra Mundial, empieza a trabajar en la redacción de la revista Los Miserables. 1915 primeros artículos y lo encarcelan. Colabora en el Sabadell Federal. Cuando en 1923 el Noucentisme entra en decadencia, en la Dictadura de Primo de Rivera, nuestro poeta publicará un libro fabuloso: «El poema de la rosa als llavis» pero antes de llegar hasta aquí habrá hecho un fulgurante camino. En el momento que A. Breton lanza «el manifiesto surrealista», empieza La Revista de Catalunya y muere Kafka. Es joven, muy joven y se ha deslumbrado con el nacimiento del Dadaísmo y con Tristan TZara. Había estado en las juventudes socialistas pero evolucionará en favor del movimiento ácrata. Publicará Un enemic del poble y Humo de fábrica (estén atentos con este título del que pronto habrá edición en catalán, sorpresa primaveral con introducción de Dolors Marín en una edición de Jordi Martí: Fum de Fàbrica en la editora Lo Diable Gros). Poemes en ondes herzianes y L’irradiador del port i les gavines que son de los más potente que se va a ver en mucho tiempo en las letras catalanas. Dos años antes de la muerte de su hija y de la suya, de tuberculosis, aparece La gesta dels estels. Mussolini marcha sobre Roma.

Su evolución había partido a los 17 años como cliente de los libreros del Mercat de Santa Madrona donde conocerá a Joan Eroles, Antoni Palau y Joan Alavedra. De su tertulia saldrá su oficio de librero y su proyección como poeta extremo: «No he escrit mai sense mullar la ploma al cor, esbatanat» «Cada ferida la sang d’un poema» «ja no vull allistarme sota cap bandera». Molas apunta que Salvat se mueve entre Nietzsche i el anarquismo. De extracción humilde y libertario, pero profundamente catalanista. El desgraciado accidente paterno y su deriva: «Heus aquí: jo he guardat fusta al moll. (Vosaltres no sabeu què és guardar fusta al moll)». «Fora millor que hom no conegués als autors personalment. No caurien les ànimes als peus com cauen».

Imposible repasar su trayectoria entera. A parte de irrepetible poeta, será recordado por la revista Un enemic del poble. Fulla de subversió espiritual cogiendo el título al drama de 1882 del noruego H.Ibsen, un auténtico ensayo de argumento vital de Joan Salvat Papasseit o «de com l’home que diu la veritat es queda sol. Les veritats couen i ningú no vol escoltar-les».