Tribuna

El teléfono móvil en el aula: ¿Qué hacer, prohibir o educar?

Teléfono móvil en las aulas.

Teléfono móvil en las aulas. / Albert Bertran

Antoni Ballester

Antoni Ballester

¿Qué hacemos con el teléfono móvil en el aula? Hoy en día los teléfonos móviles cada día tienen más funciones y tanto para los adolescentes como para los adultos se han convertido en una herramienta imprescindible. Continuamente vemos en las paradas de autobús, en el coche, en los restaurantes… personas que utilizan el móvil sin tener en cuenta el lugar donde están o el espacio en el que se encuentran y los mismos adultos no nos paramos a pensar si lo estamos haciendo bien o no. Entonces, ¿qué hacemos con el teléfono móvil en el aula?

Las escuelas son centros educativos y es necesario dar una respuesta educada y coherente a los jóvenes sobre la manera de funcionar con el teléfono móvil que muchas veces es errónea.

El uso del móvil en las escuelas tiene un valor muy importante, porque, desde mi punto de vista, tenemos que enseñar a los jóvenes a emplear el móvil bien y en diferentes lugares y momentos. Por ejemplo, ellos deben saber que en un concierto de música o en un cine, por ejemplo, deben tener el móvil apagado. Ellos deben saber que en un avión, si no tienes el modo de uso de avión, debes tenerlo apagado. Dentro de una iglesia, por ejemplo, se debe apagar o silenciar. Hay otros lugares en los que sí lo pueden tener encendido. Es decir, no creo que sea una cuestión tanto de prohibir, sino de usar los recursos que tenemos, el móvil y otros, cualquier tipo de recurso didáctico, con un uso educativo y con un uso adecuado al tiempo actual.

Los teléfonos móviles tienen ya a las personas conectadas a Internet de forma ininterrumpida. Por ello, no podemos ir en contra de esto y sí habría que aprovecharlo como una oportunidad para el aprendizaje. No nos podemos tapar los ojos ante una realidad que ha llegado para quedarse.

¿Prohibimos el teléfono móvil en el aula? Prohibir el uso del móvil en las escuelas crea más oposición y conflicto entre el profesor y el alumno. En caso de tener problemas en este sentido, lo mejor es detener el currículo y hacer por ejemplo una actividad de aprendizaje de alto impacto con una experiencia de aprendizaje a todos los alumnos del centro para dar una solución educativa al problema. Debemos recordar que somos centros educativos y no centros prohibitivos.

Es necesario que haya una norma clara en el aula asumida por todos de que se va a usar el teléfono móvil solo con el permiso del profesor, en el momento adecuado para las actividades educativas y como recurso didáctico cuando lo indique y sea necesario para centrarse, buscar información y trabajar el tema que se está estudiando.

Lo importante es dónde, cuándo y cómo. Conviene enseñar a los niños y a los jóvenes que hay que llevar la ropa adecuada según el lugar al que vayamos, por ejemplo no es lo mismo ir a una fiesta, a una boda, a la playa, a la escuela, a pasear con los amigos, de excursión, a un festival o a un funeral, cada lugar según las normas sociales tiene su tipo de ropa adecuada y así se lo debemos enseñar a los estudiantes para que lo aprendan, de la misma manera conviene enseñarles dónde y cuándo pueden utilizar el móvil.

El teléfono móvil lo podemos utilizar en diferentes momentos del día, aunque no en todos los lugares, lo importante es conocer cuándo, cómo y dónde, aunque no es adecuado mientras comemos o cenamos, cruzamos a pie por una calle en un paso de cebra, cuando hablamos con otra persona, estamos comprando alguna cosa, en una gasolinera, por el peligro de incendio que supone, o cuando conducimos si no tenemos manos libres por el peligro de accidente. De la misma manera que enseñamos cuándo, dónde y cómo se pueden utilizar diferentes objetos debemos enseñar cuándo, dónde y cómo se deben utilizar los dispositivos móviles tanto en el aula como fuera del aula, ya sean los teléfonos, los relojes inteligentes que hay en la actualidad o los que aparecerán en el futuro.

En realidad no es necesario que un colegio o un instituto prohíba el teléfono móvil según la normativa del centro, ya que dificulta que el profesor que lo quiera utilizar como recurso didáctico ahora o en el futuro lo pueda hacer, ya que quien elige y decide en el aula los materiales y recursos didácticos que necesita el alumno para aprender ha sido y es el profesor, sean los bolígrafos, los rotuladores, las libretas, los libros de texto, el ordenador portátil o teléfono móvil, lo que ocurre es que hay que utilizarlos en el momento adecuado cuando el profesor lo diga y para que el estudiante lo use en el momento oportuno hay que enseñarle y educarle en cuándo y cómo utilizarlo.

¿Cuál es la mejor estrategia? La mejor estrategia que conozco es prevenir la situación. La mejor prevención a este y a otros conflictos es educar en el uso de los materiales a utilizar y aprender cómo utilizarlos y sobre todo hacer que lo que queremos que hagan para aprender sea más interesante que mirar el teléfono móvil, parece difícil pero no es así, es muy fácil si conoces cómo hacerlo, la clave está en la motivación y en las tres maneras de motivar. De ninguna manera se puede requisar un teléfono móvil a un estudiante en un centro escolar ya que son una propiedad privada, si hay una denuncia normalmente se dará la razón al estudiante y el docente y el centro quedarán desautorizados. La prohibición de tener los estudiantes un teléfono móvil en un centro escolar pienso que no es educativa, de lo que se trata es de que aprendan a usarlo en el momento adecuado y para ello se lo tenemos que enseñar y hacer que lo asimilen antes. Educar es también aprender lo que se puede o no se puede hacer en una situación determinada y ayudar a los estudiantes a entender y respetar los valores éticos y las normas sociales en diferentes contextos.

Recursos didácticos. Los recursos variados motivan, estimulan y centran la atención del alumnado en actividades educativas y, en una presentación coherente de las experiencias de aprendizaje, limitan, e incluso anulan, los problemas de actitud y de disciplina en las aulas.

Los recursos diversificados respetan la heterogeneidad de las clases y dan una respuesta a la individualización de la enseñanza; con recursos diferentes podemos llegar mejor a las capacidades particulares y peculiares de los niños, lo que facilita la atención a la diversidad.

El teléfono móvil se puede usar en el aula por ejemplo para que los estudiantes adquieran más vocabulario buscando en un diccionario de sinónimos, ya que las palabras son la base del lenguaje y del conocimiento, también se puede usar para hacer fotos para estudiar la luz en Física o para tomar medidas en Matemáticas.

El teléfono móvil es un recurso didáctico muy potente si ayudamos a los alumnos a emplearlo con sentido y de manera educada. Enseñar no es una tarea fácil, pero con un conocimiento de las herramientas, de las estrategias y de los recursos, podemos conseguir ilusionar al alumnado, de manera que se despierte su potencial de la creatividad y del interés y podemos disfrutar —también el profesorado— de la satisfacción insustituible de enseñar y aprender.

Steve Wozniak, cofundador de Apple, dice: «Lo que enseñas no es lo importante, sino cómo lo enseñas. La educación ya no puede versar sobre lo bien que podemos conocer el pasado, sino sobre lo bien que podemos preparar el futuro».

*Nota: Para la realización de este post he utilizado el teléfono móvil para anotar las ideas principales que he tenido que tener en cuenta. Me he comunicado por WhatsApp con mis colaboradores, he consultado YouTube, artículos científicos de opinión y de divulgación, noticias y entrevistas de los periódicos en papel y digitales, así como páginas web.