Las explicaciones de Neus Truyol

Neus Truyol, portavoz de Més en el Ayuntamiento de Palma

Neus Truyol, portavoz de Més en el Ayuntamiento de Palma / Manu Mielniezuk

Miguel Vicens

Miguel Vicens

¿Qué hubiera dicho Neus Truyol si, pongamos por caso, un equipo de Gobierno del PP en el Ayuntamiento de Palma hubiera adjudicado a dedo y sin concurso durante tres años contratos públicos a la empresa de los padres de un concejal del mismo partido?, ¿cómo habría reaccionado la combativa portavoz de Més en Cort si la administradora de la sociedad beneficiaria de las adjudicaciones directas, además de ser la madre de dicho concejal, fuera una destacada militante del PP, integrante todavía de su último consejo político?, ¿habría confiado en la integridad de las actuaciones del concejal y del PP solo con sus escuetas explicaciones públicas?, ¿hubiera dado por buenas sin más las aclaraciones del edil al asegurar que nunca ha interferido en la actividad de las empresas de su familia?, ¿aprobaría el argumento de que todas las contrataciones son perfectamente ajustadas a derecho?

Todas esas preguntas recaen ahora sobre la portavoz de Més en el Ayuntamiento de Palma y también sobre los dirigentes del partido ecosoberanista que apoyaron esas contrataciones a dedo tan endogámicas o no quisieron darse por enterados de la línea roja ética que cruzaban. Y ni la víctimización de la protagonista de la polémica, ni el señalar a Vox como causante de la ofensiva, ayudan a ofrecer una explicación convincente a la ciudadanía estupefacta

Neus Truyol conversa con Miquel Àngel Contreras durante el pleno.

Neus Truyol conversa con Miquel Àngel Contreras durante el pleno. / B. Ramon

Al contrario. Le ofrecen un ejemplo más de que los cargos públicos, cuando gobiernan en cualquier institución y tienen acceso al presupuesto, a menudo contribuyen por acción u omisión a tejer una red clientelar de favores mutuos de la que se benefician amigos, militantes, simpatizantes y también familiares, aunque esto último resulte más grosero. Pertenecer a estos círculos en Mallorca resulta aún muy rentable, aunque ello suponga a veces simular giros ideológicos copernicanos. Pero son tantos los dispuestos.

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