Familia y política: los Pla i Casadevall

Àlex Volney

Àlex Volney

Pere Pla, químico de carrera, había trabajado en Manufacturas del Corcho del año 1923 al 1947, luego pasaría a dirigir en Lisboa la empresa Productos Corticeiros Portugueses hasta la jubilación que es cuando volvería a Palafrugell. Pere era el hermano con el que Josep había estrechado más lazos, en muchos aspectos, hasta el punto de llevarle la contabilidad al escritor e incluso ser su confidente. Ha pasado mucho tiempo por alto esa estrecha relación entre los dos hermanos varones. Repentinamente moriría un mes más tarde que el escritor. Josep el 23 de abril de 1981 y Pere Pla el 21 de mayo del mismo año. Al segundo le tocaba lidiar o al menos arbitrar las diferencias de personalidad y también ideológicas que había entre las hermanas y en el conjunto de los cuatro hermanos. Pero todo se iría polarizando tras la desaparición del segundo.

La tercera, Maria, la mayor de las dos chicas, sería la madre de Frank Keerl Pla que fue durante muchos años presidente de la Fundació Josep Pla de Palafrugell, un empresario del sector del hierro. No hay que perder de vista las turbulencias que se fueron produciendo por el camino una vez desaparecido el autor. El Grupo Planeta de J.Manuel Lara Hernández compró el 50% de las acciones de Destino en 1989. El 1998 se haría con la totalidad. Al margen de las conocidas polémicas de Vergés, Teixidor y el mismo Keerl, Planeta no era precisamente el tipo de ámbito editorial que el autor de El Quadern gris había soñado en vida para la posteridad de sus treinta mil páginas. Entre Vergés y Keerl mantenían el control de los originales que quedaban. Como en todas las familias que valen algo la política complicaría las cosas un poquito más. Tanto Josep Vergés como el sobrino Frank Keerl no tragaban al alcalde «comunista» de Palafrugell, Lluís Medir. Este que se había divorciado del primer matrimonio en 1988 hizo pública su relación con Anna Vila Pla, la llamada «sobrina comunista» de Josep Pla y prima de Frank con quien parece ser que no había tenido nunca muy buena relación. El alcalde había viajado del PSUC al PSC, años más tarde, incluso consiguiendo una mayoría absoluta como independiente. Llegaría a diputado. Anna Vila Pla también se metería en política, era la pequeña de las sobrinas e hija de Rosa Pla Casadevall y plantó cara para «parar» al convergente Albert Juanola (familiar del mismísimo inventor de las famosas pastillas). Todo este galimatías favoreció durante muchos años un cierto descontrol sobre los papeles originales e inéditos que quedaron en segundo plano. Como esas fabulosas casas de piedra que caen a trozos al no ponerse de acuerdo sus herederos. Rosa Pla Casadevall, su madre, se había casado con un negociante de Olot, Alexandre Vila Nogareda, tuvieron tres hijos. Alexandre (Sandret) Rosa y Anna con el tiempo pareja de Medir. El niño había muerto y las dos hijas y Rosa, hermana pequeña de Pla, heredarían la parte urbana. Pere Pla no tuvo descendencia por la también prematura muerte de su esposa y por lo tanto el Sr. Keerl Pla heredaba el Mas Pla de Llofriu. Con su madre, Maria, había subido desde Barcelona muy a menudo a ver al tío escritor. Muy pronto hubo dos ramas familiares bastante diferenciadas y con visiones del mundo desencontradas. Rosa lo dejaba claro: «en Keerl és un alemany com una casa». Josep Pla le había dejado lo que tenía en Suiza, se dice que todo el dinero, las vacas, los tractores y la tierra. Y Rosa no aflojaba, en una entrevista en la revista El Temps de los últimos ochenta declaraba: «Sap com el tenen ara, el mas Pla? Sap què sembla? Un restaurant de carretera…». De la parte urbana, la que heredó Rosa, la de Palafrugell en Torres Jonama también aparecen inéditos y el 1996 de ahí salen las Cartes a Pere.

En todos los tiempos, en todas las familias, los modos de ver el mundo de enfocar la vida, las maneras de pensar o la cruda política marcan los vaivenes familiares y los rumbos en los legados materiales e intelectuales. En la constelación Pla i Casadevall los familiares que lo contaron después de la muerte del escritor han ido gravitando. Con los años, documentados expertos han llegado a crear una nueva e inacabable ciencia, diríamos que del todo inabarcable. De todo ello este articulillo saca un promedio de lo que puede ser una de las versiones más coincidentes con la realidad de lo acaecido alrededor de su legado literario a finales y principios de siglo. Ese universo planiano se presume finito y acotado como se suele decir en 30.000 páginas que siguen aguardando sorpresas. Donde se anunciaba complejidad aparecen desenlaces y motivos bien universales en lo ordinario. Donde se brabuconea con la sencillez se asoma de la vida lo más inesperadamente complejo. Un austero y sencillo paisaje verde pálido, casi un cuadro naturalista trasnochado, envuelve la silueta de ese complicado autor, genial e inacabable. Un primogénito de película.

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