Jorge Dezcallar: «Un conflicto entre Rusia y la OTAN sería catalogado como la Tercera Guerra Mundial»

«La guerra en Ucrania trasciende la mera ocupación territorial en Europa; pone en entredicho el orden que se estableció en 1945 al terminar la Segunda Guerra Mundial, señalando la necesidad de adaptar ciertos aspectos a la actualidad»

Jorge Dezcallar de Mazarredo es diplomático, exdirector del CNI y articulista semanal de este diario. Fue director general durante doce años en el Ministerio de Asuntos Exteriores. También ha sido embajador en Marruecos, la Santa Sede y los Estados Unidos. Dezcallar presentó el miércoles su última obra: El fin de una era. Ucrania: la guerra que lo acelera todo, donde compartió sus inquietudes sobre este conflicto.

¿Qué podemos encontrar en su último libro y cuál fue la motivación detrás de su elección de escribir sobre la guerra en Ucrania? 

En las páginas de este libro se encuentra la explicación de los acontecimientos en Ucrania, una situación sumamente compleja de comprender. Cuando se produjo la invasión los servicios de inteligencia norteamericanos anticiparon el evento, advirtiendo con semanas de antelación. A pesar de las afirmaciones de Putin de que nada sucedería, la realidad fue otra. La situación evocaba más a la batalla de Borodinó de la época de Napoleón que una guerra del siglo XXI. Inicialmente, comencé a redactar este libro para mi propio entendimiento, ya que me resultaba incomprensible la existencia de una guerra de expansión territorial en pleno siglo XXI en Europa. La decisión de tomar notas durante este proceso acabó dando lugar a la creación de esta obra.

¿Putin siempre ha pensado que Ucrania pertenece a Rusia?

Putin no tiene dudas de que Ucrania es parte de Rusia y lo dejó muy claro en un extenso artículo titulado Sobre la unidad histórica de rusos y ucranianos, publicado el 12 de julio de 2021, en el que afirmaba sin género de dudas que los ucranianos son parte de la gran nación rusa y que su territorio fue injustamente separado de Rusia, primero por los bolcheviques en los años veinte del pasado siglo, y luego por la disolución de la Unión Soviética en 1991.

¿Cómo aborda esta situación en el libro?

El primer capítulo de mi investigación se titula «Existe Ucrania». Aquí explico la creación por parte de Lenin de la República Soviética de Ucrania y algunos rusos hoy mantienen que si Ucrania fue creada por Lenin, Putin también podría ponerle fin. Explico por qué esto no es cierto, seguido por un análisis de la difícil ruptura de la Unión Soviética, los problemas con otros participantes, los malentendidos con la OTAN, la falta de compromisos escritos por parte del Occidente, la desestabilización de Donbass y Crimea. 

En su libro también explica cómo una serie de eventos contribuyeron que Putin optara por iniciar la invasión

Hubo una serie de eventos que propiciaron el inicio de la invasión. En un momento estratégico, Putin observó una combinación de circunstancias propicias: un nuevo canciller sin experiencia en Alemania con una coalición de gobierno con sensibilidades muy distintas con respecto Rusia, elecciones en Francia, Estados Unidos marcado por las consecuencias de la retirada de Afganistán, denominada por Biden como una «Botched withdrawal» (retirada desastrosa), y Boris Johnson ocupado con sus guateques. Putin percibió esta coyuntura como la oportunidad perfecta para trastocar la arquitectura de seguridad europea, lo que constituye la gravedad inherente a esta guerra.

«En Occidente tendemos a pensar que todo el mundo está en contra de Rusia, y no es verdad»

Jorge Dezcallar

— Diplomático

Entonces, ¿esta guerra va mucho más allá?.

Este conflicto trasciende la mera ocupación territorial en el corazón de Europa; va más allá al poner en entredicho el orden que se estableció en 1945 al terminar la Segunda Guerra Mundial. En aquel momento, los vencedores redistribuyeron el poder global de acuerdo con sus intereses y establecieron normas que conformaron la geopolítica según los principios de la civilización occidental. Actualmente, países liderados por China argumentan que el mundo ha experimentado cambios significativos y que es necesario modificar las instituciones. Esta guerra desafía la estructura instaurada en 1945, indicando la necesidad de adaptar ciertos aspectos a la realidad actual. 

¿Cómo está Europa ayudando a Ucrania?

Hemos brindado a Ucrania tres elementos fundamentales: financiación, armamento y un recurso que a menudo se pasa por alto, la inteligencia, que es de vital importancia. Sin embargo, estas ayudas se han otorgado con la intención de evitar la derrota, lo cual difiere significativamente de lograr la victoria. Recientemente, alguien me comentaba que Zelenski no deja de llorar, y aunque es comprensible, tiene motivos para ello. Realmente, le estamos proporcionando ayuda para que pueda mantenerse a flote y sobrevivir, pero no lo suficiente como para permitirle dar un golpe definitivo y ganar la guerra.

Por lo tanto, ¿es necesario seguir aportando ayuda?.

Sí, Ucrania no puede perder , y Europa debe mantenerse comprometida en enviar asistencia. Macron ha mencionado recientemente su disposición a enviar soldados a Ucrania, es una barbaridad y una violación del principio de no beligerancia. Actualmente, los rusos ya perciben que estamos infringiendo este principio mediante el envío de armamento altamente sofisticado, pero el despliegue de soldados lo rompería de manera evidente y manifiesta ante el mundo entero. Romper esta no beligerancia nos conduciría a un conflicto entre Rusia y la OTAN, y un enfrentamiento de esta magnitud sería catalogado como la tercera guerra mundial.

"La situación tendría que deteriorarse aún más para que las partes involucradas estén dispuestas a realizar concesiones»

Jorge Dezcallar

— Diplomático

¿Por qué algunos países muestran reticencia a brindar asistencia?

En Occidente tendemos a pensar que todo el mundo está en contra de Rusia, y no es verdad. En gran medida, el tercer mundo adopta la postura de que la disputa es entre europeos ricos y deben resolverla entre ellos; no desean enemistarse con ninguno de los bandos. Muchos países no imponen sanciones porque éstas no deben ser establecidas por un país individual; más bien, deben ser impulsadas por una entidad internacional con la capacidad para ello, como las Naciones Unidas. Sin embargo, éstas están bloqueadas, ya sea por consideraciones estadounidenses en el caso de Gaza o por consideraciones rusas en el caso de Ucrania. No obstante, hay numerosos países que evitan aplicar sanciones a Rusia, no se atreven a desafiarla públicamente y siguen comprandole petróleo. 

¿Ha cometido errores Europa?

Sí, cometió errores significativos, algo que ahora podemos entender con claridad, aunque en el pasado era difícil de percibir. Europa ha puesto su seguridad a manos de EE UU, su energía en manos de Rusia y su comercio en manos de China y resulta que ninguno de los tres son de fiar. Ahora nos enfrentamos a la posibilidad de que Donald Trump retorne al poder, lo cual sería un problema. [La entrevista tuvo lugar el miércoles, previo al conocimiento de que una jueza ha prohibido a Trump participar en las elecciones primarias de Illinois debido a su implicación en el asalto al Capitolio. Aunque Trump tiene la intención de apelar].

¿Cómo podría afectar que Donald Trump saliese vencedor? 

A mí me ponen los pelos de punta. Creo que sería perjudicial, primero para Estados Unidos, dada la considerable afectación que ha causado a la imagen del país, a la democracia y al equilibrio de poderes. Bajo su liderazgo, Estados Unidos ha dejado de ser un aliado confiable. Trump abogaba por la imprevisibilidad, y ciertamente la logró. Ni sus aliados ni sus adversarios podían prever sus acciones. Afirmó recientemente que resolvería la situación en Ucrania en 24 horas, pero su enfoque probablemente implicaría respaldar a Putin a expensas de la vida de los ucranianos.

Volviendo a Ucrania, sabiendo que en el libro plantea varios finales para esta guerra, ¿qué escenario es el más probable?

En mi opinión, la situación tendría que deteriorarse aún más para que las partes involucradas estén dispuestas a realizar las concesiones necesarias en cualquier negociación. La negociación implica compromisos y cesiones. Si una de las partes cree firmemente que ganará sin estar dispuesta a ceder en nada, el proceso negociador se ve obstaculizado. Desde mi perspectiva, visualizar a Ucrania renunciando a su territorio ocupado o a Rusia devolviendo Crimea parece poco probable. Una posible salida podría ser un armisticio al estilo de Corea, donde ambas partes mantienen sus objetivos máximos pero acuerdan dejarlos en suspenso a lo largo de una línea de separación de fuerzas, junto con un compromiso de no lanzar ataques más allá de esa línea.

¿Cree que este tipo de acuerdo sería efectivo?

 En este caso el armisticio sería muy inestable. En el caso de Corea, funciona porque ambas partes cuentan con el respaldo de Estados Unidos, que garantiza el cumplimiento de los acuerdos. En este conflicto en particular, esa dinámica no se replicaría, ya que los actores externos no tendrían la misma influencia. No obstante, en este momento, considero que es una salida posible. Un conflicto congelado en el corazón de Europa que no es bueno para nadie.  

Entonces ¿qué podría pasar con Rusia?

La victoria de Rusia no sería deseable, ya que podría convertirse en una potencia ensombrecida, agresiva y tentada a expandirse, incluso, proteger parlantes en Estonia o Letonia. Por otro lado, una Rusia derrotada y humillada podría adoptar una postura revanchista, lo cual tampoco sería positivo. En mi opinión, Rusia puede enfrentarse a un período de aislamiento y autoreflexión. Se verá forzada a cocerse en su propia salsa, lo cual resultará perjudicial para los rusos. Gradualmente, caerá cada vez más bajo la influencia de China, una situación que considero desfavorable tanto para Rusia como para Europa. Sin embargo, esta es la perspectiva que visualizo a corto plazo.

La atención mediática actual está poniendo más el foco en otros conflictos y Ucrania pasa a un segundo puesto.

En mi opinión, el actual conflicto en Gaza representa una oportunidad inesperada para Putin. El enfrentamiento en Ucrania ha pasado a la tercera o cuarta páginas de los periódicos, y en este momento, la asignación de recursos, si los hay, se vuelve más complicada. Aunque ambos son desafíos complejos, son completamente distintos. Mientras que el caso de Ucrania implica una transgresión de la estructura de seguridad europea, el conflicto en Gaza es el resultado de 56 años de ocupación asfixiante.

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