Dos de cada diez personas de Baleares están en riesgo de exclusión social

El 36 por ciento de los hogares de las islas no pueden afrontar gastos imprevistos

Un ‘sin techo’ durmiendo en el aeropuerto de Palma.

Un ‘sin techo’ durmiendo en el aeropuerto de Palma. / B. Ramon

El 20,6% de la población de Baleares está en riesgo de pobreza o exclusión social (tasa Arope), aunque este porcentaje ha descendido casi un punto respecto al año anterior (21,5%) tras incrementarse los ingresos medios anuales en 2022 hasta los 14.139 euros (12.451 euros el año anterior), según la Encuesta de Condiciones de Vida (ECV) de 2023, publicada ayer por el Instituto Nacional de Estadística.

La encuesta indica igualmente que el 36,3% de los hogares de Baleares no tenía capacidad para afrontar gastos imprevistos el año pasado; un 5,2% de los hogares del archipiélago tenía «muchas dificultades para llegar a fin de mes, el 15,8% se vio obligado a retrasar pagos relacionados con la vivienda principal o en compras a plazos y el 30,4% no se pudo permitir irse una semana de vacaciones. Todos los indicadores mejoran respecto al año anterior.

Los datos del INE muestran que el porcentaje de población en riesgo de pobreza en el archipiélago alcanzó en 2023 el 15,3%, mejorando 1,6 puntos.

En toda España, la tasa Arope —porcentaje de población en riesgo de pobreza o exclusión social— se situó en el 26,5% de la población residente en España en 2023, frente al 26,0% del año anterior.

El 9,3% de la población nacional manifestó llegar a fin de mes con «mucha dificultad» en 2023. Este porcentaje fue 0,6 puntos superior al registrado el año anterior.

Por su parte, el 37,1% no tuvo capacidad para afrontar gastos imprevistos, frente al 35,5% del año 2022.

El 33,1% de la población no se pudo permitir ir de vacaciones fuera de casa al menos una semana al año. Este porcentaje fue 0,4 puntos inferior al registrado en 2022.

El INE señala para el conjunto del Estado que dos de los tres componentes de esa tasa mejoraron: el riesgo de pobreza relativa, indicador de cuántas personas tienen ingresos bajos en relación al conjunto de la población, que bajó del 20,4 al 20,2 %; y el porcentaje de población con baja intensidad en el empleo (con baja actividad), que pasó del 8,7 al 8,4 %.

En cambio, el tercer componente de la tasa, el porcentaje de población con carencia material y social severa, que analiza factores como no poder permitirse ir de vacaciones al menos una vez al año, comer carne, pollo o pescado cada dos días o mantener la vivienda a una temperatura adecuada. Empeoró al pasar del 7,7 al 9 %.