EN CONTRA

Nacho Salas, arquitecto: «Se puede pasear por Palma sin avergonzarse»

Nacho Salas (Palma, 1962) es un arquitecto con más de treinta años de ejercicio de la profesión. Sumó dos mandatos como presidente de la Demarcación de Mallorca del Colegio Oficial de Arquitectos de Balears. Prefiere rehabilitar y recuperar un edificio con historia «a hacer un chalet en Son Vida».

Nacho Salas, arquitecto.

Nacho Salas, arquitecto. / Guillem Bosch

Matías Vallés

Matías Vallés

Para que se haga cargo del tipo de entrevista: «¿Los arquitectos son los agricultores de la ciudad?»

No, son los creadores y organizadores del entorno urbano, y Palma no queda mal bajo este criterio. Un centro histórico extraordinario, muy bien el Eixample, se puede pasear por la ciudad sin avergonzarse.

Entre el castillo de Bellver y el bosque, me quedo con los árboles.

De acuerdo, pero los árboles han de dejar que se vea el castillo, y ahora no se puede. Se han gastado el dinero en una iluminación que no se aprecia, es como si los pinos taparan la estampa de la Catedral desde el mar.

En contra de lo que usted afirma, talar árboles es un sacrilegio.

Ya lo sé. Cuando le dije a José Hila que sustituyeran los árboles de Bellver por otros más pequeños, me replicó, «¿lo dices en serio?». Me concedió que lo haría «si consigues convencerles», pero no sé a quién tengo que convencer.

Palma se define por dos edificios de setecientos años, Bellver y la Catedral, ¿no hay nada más?

Hay uno más, salvo que el resultado no es el mismo, me refiero al Palacio de Congresos. Tiene los problemas de la desproporción y de las viviendas por delante, que impiden contemplar su imagen desde el mar malogrando el objetivo buscado.

¿Era necesario un arquitecto extranjero para el Palacio de Congresos?

No, no era obligatorio que fuera un arquitecto externo, ni extranjero ni famoso. Un profesional local estaba perfectamente capacitado para afrontar el reto.

¿Por qué dimitió de su cargo al frente de los arquitectos de Mallorca?

Por incompatibilidad de criterios con los visados que se denegaban sistemáticamente a ingenieros, y por el argumento mediático de que soy partidario de dar caña y salir en los medios, frente al buenismo colegial. Me despedí con un «no pisaré más el Colegio», y lo he cumplido.

¿Me puede explicar el caos de Son Dureta?

Esto no ocurre en ningún otro lugar de Europa. Nadie derriba allí un edificio por calificarlo de «irrecuperable», como ocurre en Son Dureta, es antiecológico e insostenible. Cuesta un dineral, pero si apuesto por la recuperación es por un motivo medioambiental. Está catalogado, pero Hila llegó a decir que «si es necesario, lo desprotegeremos». Urbanismo a la carta.

También quiere preservar Son Busquets.

Hay edificios de Son Busquets que no se han de derribar, como la nave de automóviles, el establo de mulos y algunos módulos de soldados. No te diré los que carecen de interés, porque me llevo bien con Arca aunque me recriminen que «la historia te juzgará».

Un iluminado quiere quemar la comisión de Medio Ambiente.

No estoy de acuerdo, pero el dinosaurio de la Administración es una locura. Un arquitecto ha de tener más conocimiento de leyes que un notario.

¿Cuál es su refugio secreto en Palma?

Me gusta mucho ir a la Librería Babel, beber un vino y leer.

¿Qué será del Paseo Marítimo según Elías Torres?

Será perfecto, porque es un gran arquitecto y ya lo ha demostrado con la Muralla. Cuando me enteré de que Torres se encargaba solté un «bien», y me quedé muy tranquilo.

¿Qué municipio salva en Mallorca?

Pollença, pero no el Moll, que necesita cariño. La que me espera por decir esto.

¿En qué país vive el presidente del colegio balear de arquitectos, que niega las compras de extranjeros?

Compran los extranjeros, tanto en urbano como en rústico. Tienen mayor poder adquisitivo y los jóvenes mallorquines se quedan sin vivienda porque no hay suelo.

¿El balconing se debe a las barandillas bajas, como dicen los ingleses?

La culpa del balconing es del grado de alcohol y del gamberrismo. Con una barandilla más alta, puedes encaramarte a una silla.

¿No me mentirá que usted también es ecologista?

Mis amigos me llaman «rojo y ecologista», mi hijo me preguntó si soy de izquierdas o de derechas. Le respondí que mi corazón es liberal y mi bolsillo es conservador.

Salas es una familia cinematográfica.

Mi abuelo empezó con el cine Capitol de Pollença, mi padre Rafael Salas desembarcó en Palma y llegó a controlar 120 salas en toda Balears. Nuestro buque insignia es hoy Ocimax.

¿Diseñó la casa donde vive?

No, nunca lo haría. Vivo en casas ya hechas y un poco reformadas. Si construyera mi propia vivienda, me pasaría la vida quejándome de los detalles que no me gustan, y sería el culpable.

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