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Juan Oliver: «Me condenan por defender un camino público pacíficamente»

Juan Oliver (Palma, 1971) es bombero del Consell, portavoz de la Asociación de Vecinos de Palmanyola para el camino de Raixa, y ha sido condenado por un delito leve de coacciones por su participación «activa» durante una marcha masiva sin incidentes a la finca del cardenal Despuig.

En la imagen, Juan Oliver.

En la imagen, Juan Oliver. / B. Ramon

Matías Vallés

Matías Vallés

Para que se haga cargo del tipo de entrevista: «¿Es usted un delincuente?»

De ninguna manera. Defiendo el medio ambiente, y se me acusa por «incitar a entrar» en una marcha que no organizaba. Me siento perseguido por defender los caminos.

Fue denunciado por la propietaria de s’Heretat.

Es la segunda denuncia que presentan, y eso que he trabajado en esa finca. He esquilado ovejas, he plantado árboles, soy vecino y amigo de los guardeses.

¿Se podía cerrar con candado el camino de Passatemps en Bunyola?

Cerraron adrede con un candado el día de la manifestación, la propietaria se ha hecho suyo el camino.

La dueña de s’Heretat también tiene sus derechos.

A la intimidad, evidentemente, pero no vive allí y el camino pasa además a 150 metros de las casas.

Tal vez perdió usted los papeles.

A mí me dan un chaleco naranja y mantenía el orden y la seguridad, porque la policía no apareció en una marcha autorizada por la Delegación del Gobierno que yo no había convocado. He sido la cabeza de turco, me han dado una patada en el culo en nombre de los 350 asistentes.

¿Rompió usted el candado de la discordia?

No, ni violenté nada. Aparte de que no se rompió ningún candado, solo una cadena. He pagado el pato por la inacción del ayuntamiento de Bunyola. Y te recuerdo que no entramos en una finca, seguimos un camino público.

Le condenan por participación «activa», pero no existe la participación «inactiva».

Mi actividad es preocuparme de que todo discurra con tranquilidad. El propio Bernat Fiol fue testigo en mi juicio y asumió que él había organizado la marcha.

La propietaria se escuda en que «ninguna autoridad le ha pedido que abra el camino».

Tiene razón en parte, ahora han empezado las gestiones. El principal responsable es el Ayuntamiento, que ha descuidado su obligación de mantener abiertos y limpios los caminos públicos.

Reconocerá que es usted un activista, lo cual tiene peligro.

Mi compromiso medioambiental se acentúa con el patrimonio de Raixa, donde el propio Consell condena la entrada original a su finca, que debería estar abierta.

En los tiempos que corren, dé gracias que no le condenen por terrorismo.

En Cataluña no hubo terrorismo pero pudo haber alteración del orden y violencia. A mí me condenan por una marcha pacífica en defensa de un camino público, coincidente con una convocatoria estatal de la entidad PIC. Esta Plataforma Ibérica de Caminos ya ha recaudado 600 euros para pagar mi multa, y los gastos en que he incurrido.

No abundan las sentencias contra el cierre de caminos.

Los usurpadores que cierran los caminos se quedan con un espacio público y se van de rositas.

Pero usted cierra su casa con llave.

Hay que matizar, cambia el contexto. Estamos hablando de las puertas de entrada a la Serra de Tramuntana, que tiene el interés general de Patrimonio de la Humanidad.

¿Como bombero ha tenido que forzar la entrada en domicilios?

Sí, los llamamos apertura de puertas, pero siempre en equipo.

¿Hay otros caminos bloqueados en Bunyola?

Sí, un camino muy importante pasa por Biniforani, en dirección a Sóller. Está contemplado en el catálogo.

No voy de excursión para no dedicarme a abrir caminos.

El problema de Mallorca es que está masificada y que el 90 por ciento de la isla es de propiedad privada. Por eso muchas de las excursiones se plantean fora camí, sin un camino diseñado. Son rutas señaladas con montículos de piedras discretos, no monumentales.

No faltan los ecologistas que culpan a los excursionistas.

¿Y los cazadores? Dejan cartuchos por todos lados, y s’Heretat es uno de los enclaves que sirven de ejemplo.

Lo llamo al azar y lo pillo corriendo por la montaña.

Corría hacia Sa Gubia por la finca de Gabriel Cañellas, que estaba podando una encina con el guardés. El expresidente se porta bien porque él sí da permiso, aunque ha puesto restricciones.

¿Puede hacerse ahora el camino Palmanyola-Raixa?

Legalmente, no, solo de manera clandestina.

¿Volverá usted a manifestarse?

Desde luego que no. Tengo miedo a otra denuncia, que sería la tercera. Me han llegado a decir que el camino debería llamarse Juan Oliver.

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