Fundadores del supermercado Terranostra en Palma: «Necesitamos comer sano y saber qué es, de dónde viene y quién lo ha elaborado»

El primer supermercado cooperativo de la isla defiende el producto ecológico, de calidad y proximidad frente a la invasión de lo importado

Fue con la proyección en Cine Ciutat del documental Food Coop (capitaneado por Thomas Boothe y Maellanne Bonnicel) lo que hizo despertar a una treintena de mallorquines: ¿ por qué Mallorca no cuenta con un supermercado cooperativo como el de Nueva York?, ¿qué lo impide?

Corría el año 2018 cuando la semilla se implanto en sus mentes. No dejaban de pensar en ello, así que se pusieron manos a la obra investigando cómo se podría llevar a cabo un proyecto de tal envergadura en la isla. Demasiada burocracia. Pasaron dos años y el proyecto era eso, un mero proyecto. Así que el confinamiento por la covid-19 en el mes de marzo de 2020 les dio el «empujón» que necesitaban -en palabras de uno de sus fundadores, Jean-François Cuennet, nacido en Suiza pero mallorquín de sentimiento ya que lleva residiendo en la isla más de tres décadas-. Con tanto tiempo para reflexionar, las ideas comenzaron a materializarse y las reuniones telemáticas empezaron a ser asiduas en su día a día.

Tenían claro qué querían y por qué (ya que una de las lecciones que caló en sus mentes durante el confinamiento fue precisamente la necesidad imperiosa de cuidar el medio ambiente y valernos por nosotros mismos, dejando de depender «tantísimo del exterior», es decir, conseguir la ansiada soberanía alimentaria), solo les falta ubicar el dónde. Y fue un local en la calle Alfons el Magnànim, número 24, de Palma, el lugar elegido para abrir el primer supermercado cooperativo de Mallorca bautizado como Terranostra.

El supermercado cooperativo Terranostra cumple tres años.

El supermercado cooperativo Terranostra cumple tres años. / B. Ramon

De eso hace ya tres años (los cumplen el 11 de febrero), y para ello han organizado una serie de actividades para conmemorar el aniversario siendo el viernes 16 el día de la ‘Festa Gran’ con animación musical, cata de productos locales y demostración de cómo trabajan los productores locales. Ese día la persiana del establecimiento también se llenará de color (literal y metafóricamente hablando) de la mano de los ilustradores Robert Campillo, Ruth Valencia y Arnau Moiré. La cita arrancará a las 17:30 y desde la organización aseguran que no dejará indiferente a nadie, ya que tienen cabida tanto grandes como pequeños. Un festejo que se irá prolongando a lo largo de los días siguientes con más animación.

Hitos

Aunque la celebración de la efeméride es solo la excusa para echar la vista atrás y rememorar los hitos alcanzados durante este tiempo que, confiesa François, ha pasado volando. Y es que la venta de frutas y verduras sigue liderando el ranking de ventas, rozando el 20%, seguido de los productos a granel como harina, pastas o frutos secos que conforman el 15%. Sin embargo, son el pan y la carne los productos que más han crecido sus ventas respecto a los años anteriores, siendo la mejor opción para muchos al saber de dónde viene. Y ese es el principal atributo de este negocio (por llamarlo de alguna manera), ya que según cuenta uno de sus fundadores, los beneficios en la actualidad son escasos. «Empatamos», corrige, refiriéndose a los gastos y beneficios.

¿Y cómo se mantienen a flote con la agresiva competencia de las grandes superficies? François responde sin titubeos: «Nuestra oferta es muy específica y diferenciada, son productos ecológicos, de muy buena calidad y locales, por lo que las grandes superficies no son nuestros competidores. Además, otro principio fundamental es que aportamos toda la información del producto. La gente quiere comer sano y saber qué come, de dónde viene, quién lo ha elaborado, etc». Así que desde este establecimiento contactan directamente con los payeses para vender sus productos. Sin intermediarios. Y entre sus proveedores principales está la cooperativa Pagesos Ecològics de Mallorca (PEM), y el resto de productos se procura que sean locales como la harina que emplean para elaborar los panes, por ejemplo, aunque no siempre lo consiguen (las pastas no son isleñas, por ejemplo, pero sí de calidad y respetuosas con el medio ambiente).

El producto a granel es un gran reclamo en el supermercado cooperativa Terranostra.

El producto a granel es un gran reclamo en el supermercado cooperativa Terranostra. / B. Ramon

En cuanto a cómo les está afectando la huelga de agricultores a su supermercado (una protesta que se está llevando a cabo por todo el estado), François asevera que por el momento no les ha perjudicado. «Mañana [por hoy ] nos llega un pedido, espero que no haya problemas», añade entre risas. Sobre este aspecto, uno de los fundadores de Terranostra defiende que la labor de los payeses «es fundamental», ya que «la gente vive del campo». Por ello, aboga por mejorar sus condiciones y encaminarse hacia una agricultura ecológica y de calidad.

En la actualidad, el supermercado cooperativo cuenta con 530 socios que colaboran dos horas mensuales para que su engranaje siga funcionando porque, como dice François, trabajan para alcanzar un mundo más humano y sostenible.

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