Solo el 40 % del presupuesto de la bolsa de plazas se invertirá en proyectos turísticos en Mallorca

El Consorcio Bolsa de Alojamientos Turísticos (CBAT), entidad sin ánimo de lucro dependiente del Consell de Mallorca que gestiona la bolsa de plazas turísticas, contará para 2024 con un presupuesto de más de 1,5 millones de euros. Del total, apenas el 40%, 627.000 euros, se transferirá a los ayuntamientos para proyectos de mejora de los destinos. La mayor parte se destina a la gestión ordinaria y el funcionamiento del propio consorcio, encargado de la venta o reserva de plazas para hoteles y viviendas vacacionales.

Los gastos corrientes y en servicios (254.000 euros) y la transferencia al Consell de Mallorca de casi 619.000 euros —la institución se encarga de funciones técnicas económicas y administrativas del consorcio— se llevan más de la mitad del presupuesto, el 56%, según se desprende del anteproyecto del presupuesto del CBAT para 2024. En total suman unos 873.000 euros.

«Pequeñas ayudas»

Se invertirán 50.000 euros para mobiliario (10.000 euros), nuevos equipos informáticos (10.000 euros) y la compra de un programa (30.000 euros) para facilitar la gestión de los expedientes en relación a la venta y renovación de plazas turísticas. Y 627.000 euros se van a transferir a los ayuntamientos para «una posible convocatoria de subvenciones», «pequeñas ayudas» para mejorar la oferta turística.

El presupuesto del Consorcio Bolsa de Alojamientos Turísticos casi se ha doblado, al pasar de 672.300 euros el año pasado, bajo dirección socialista, a 1.550.000 euros ahora gestionado por el PP.

Hay que recordar que con la moratoria de nuevas plazas turísticas , que se aprobó con la ley turística del Govern de Francina Armengol, en 2022, los ingresos en la entidad han caído. El año pasado se obtuvieron por venta y renovación de plazas 672.300 euros. Para 2024 se ha presupuestado por este concepto 639.500 euros, por debajo del año pasado; más otros 80.000 euros por recargos de impagos que se reclamarán el año que viene.

La entidad que preside Rodríguez prevé embolsar en total 719.500 euros en concepto de plazas turísticas.

Se explica que la previsión de ingresos procedente de la comercialización de plazas turísticas apenas varía porque, a pesar de que «es probable que se deje sin efecto la moratoria vigente» desde el ejercicio 2022 no se sabe cuándo se producirá y qué efectos se trasladarán al presupuesto de 2024». Así las cosas, se ha optado por hacer esa estimación a la espera de que la próxima ley turística del PP levante la suspensión. Cabe recordar que el Ejecutivo de Marga Prohens primero reformará el decreto ley contra el turismo de excesos para que se aplique la próxima temporada y después llegará al Parlament la nueva norma. Su aprobación se pospondrá, probablemente, hasta 2025.

En el capítulo de ingresos se añaden 830.500 euros por rendimientos de saldos bancarios del consorcio a lo largo del próximo año.

El CBAT, presidido en la actualidad por el conseller de Turismo, José Marcial Rodríguez, pasó a depender de la institución insular en abril de 2022. Entonces, con el socialista Andreu Serra al frente, culminaron las transferencias del Govern al Consell en materia de ordenación turística, iniciadas ese año. Tras las elecciones de mayo, desde La Misericòrdia, sede de Turismo, se criticó que en aquel proceso falló la dotación de recursos, a lo que se achacó que se acumularan miles de expedientes, la mayoría del CBAT.

Aquel traspaso incluyó 19,8 millones, según informó entonces la expresidenta Catalina Cladera. A principios de este año, el Consell destinó 21 millones para 40 proyectos municipales repartidos entre 30 ayuntamientos. Según sus estatutos, los ingresos obtenidos por la gestión de la bolsa de plazas —una vez cubiertos los gastos de gestión del propio consorcio—, se deben destinar a la rehabilitación de zonas turísticas; reconversión de alojamientos obsoletos en proyectos sociales, culturales, educativos o lúdicos y deportivos para la comunidad; proyectos de mejora de la competitividad, la diversificación y la desestacionalización de la oferta turística, o de investigación científica o innovación tecnológica en el sector turístico.

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