Salud

Hartos de vacunarse, pincha la campaña contra la gripe

La nueva conselleria de Salud comienza su andadura en esta legislatura eliminando el requisito del conocimiento del catalán para acceder a una plaza en IB-Salut, tal y como había prometido el PP en su programa electoral

Los menores de cinco años tampoco han acudido masivamente a vacunarse.

Los menores de cinco años tampoco han acudido masivamente a vacunarse. / Manu Mielniezuk

I. Olaizola

I. Olaizola

La nueva conselleria de Salud emanada de los últimos comicios autonómicos tiene varios retos por delante que, en buena medida, son la consecuencia de más de tres años atenazados por la pandemia de la covid-19. El primero de ellos, unas inabarcables listas de espera, y el segundo, el hartazgo de la ciudadanía a vacunarse.

La campaña de vacunación contra la gripe ha pinchado en una comunidad que no acostumbra a inmunizarse masivamente contra el virus estacional. A mediados de diciembre tan solo se había vacunado uno de cada cinco ciudadanos de la población diana llamada a hacerlo.

Los niños menores de cinco años, convocados en esta campaña por primera vez, tampoco acudieron a inmunizarse de manera masiva. Todo en un año en el que los pediatras subrayaron la buena noticia que suponía disponer de un fármaco, un anticuerpo monoclonal, para proteger a los bebés contra el temido virus respiratorio sincitial causante de las bronquiolitis. Lamentaron por ello que, cuando por fin se dispone de un medicamento fiable y testado, esta comunidad autónoma fue la última en comenzar el proceso de inmunización. Las responsables de Salud Pública, tanto la saliente como la entrante, se culparon mutuamente del retraso aunque, sin entrar a valorar quién tenía razón, lo cierto es que en otras comunidades autónomas en las que también se produjo un cambio político, los fármacos llegaron antes.

Los sanitarios y los facultativos en particular pueden celebrar la llegada de una consellera médica

Respecto a las listas de espera, a comienzos de este mes la consellera Manuela García presentó un plan de choque. Un plan que prevé más derivaciones a unas clínicas privadas también desbordadas, más actividad extraordinaria para los recursos humanos propios y mejoras en los contratos de gestión para los sanitarios del Servei de Salut. Esos contratos de gestión fijan unos objetivos asistenciales para el año y premian su consecución y su superación. Los médicos se quejaban de que suponían unas paupérrimas retribuciones. Ahora previsiblemente serán elevadas.

Porque los sanitarios en general y los facultativos en particular pueden celebrar la llegada de una consellera médica. Ya han anunciado mejoras retributivas, recuperación del complemento de carrera profesional y han creado la categoría de puestos de muy difícil cobertura para promover la llegada de oncólogos a Ibiza. Además de satisfacer la eterna reivindicación del sindicato médico: eliminar el requisito del catalán para acceder a una plaza en el Servei de Salut.

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