Boulevard: El Govern pierde dos mayorías absolutas en una semana

Antoni Costa vuelve a comprometer a Marga Prohens al colocarla como destinataria de un chantaje del diputado de Formentera, con el que ahora se ve obligada a negociar

Marga Prohens se apoyó repetidamente en Formentera para jactarse de que solo necesitaba la abstención de Vox.

Marga Prohens se apoyó repetidamente en Formentera para jactarse de que solo necesitaba la abstención de Vox. / CAIB

Matías Vallés

Matías Vallés

Mayoría absoluta, como sabe cualquier persona que comparte una propiedad, significa que no tienes que negociar. El PP balear se apropió rápidamente del diputado de Formentera tras el 28M, para presumir de que tenía 26 diputados frente a 25 de la izquierda. Esta preeminencia se ha esfumado tras la deserción del disputado Llorenç Córdoba, un personaje que invita a todas las suspicacias pero que hasta ayer mismo militaba como bastión del PP. Los conservadores mallorquines añorarán los tiempos medievales en que el suelo formenterense estaba deshabitado.

Marga Prohens se apoyó repetidamente en Formentera para jactarse de que solo necesitaba la abstención de Vox, sin necesidad de un pacto estricto con la otra ultraderecha moderada. Sin embargo, se vio obligada a firmar un «Acuerdo Conjunto de PP y Vox para el Gobierno de las Islas Baleares». Basta leer los titulares presupuestarios de esta semana para concluir que el Acuerdo ya no existe, que hablar de PP/Vox como ente Conjunto es una utopía, y que el Govern es un Desgovern. Lo único que permanece a flote del documento con 110 medidas son las Islas Baleares. A duras penas.

En una semana, el Govern del PP ha perdido sus dos mayorías absolutas, Formentera y Vox. Lo han logrado los populares por sí solos, sin intervención de la izquierda esterilizada. Encaja aquí el comentario de Oscar Wilde sobre la muerte de los padres, «perder uno puede considerarse una desgracia, pero perderlos a ambos suena a descuido». En fin, que los populares gobiernan en minoría. O en solitario, como le gusta presumir a la presidenta.

Ahora mismo no queda claro si Prohens se plantea la destitución de Antoni Costa o si es Costa quien baraja desprenderse de Prohens. En su enésima torpeza, el vicepresidente volvió a comprometer a la presidenta, al colocarla como destinataria de un chantaje del diputado de Formentera. Es decir, la involucra en una turbia maniobra que convendría aclarar. Siempre se puede empeorar, y el Govern ha de negociar ahora con un Córdoba bajo sospecha. Chantajéame otra vez.

El trauma de hallarse en minoría se suma así a un dilema de resolución endiablada. O el PP reconoce que su chantajista de Formentera ha triunfado, o blasona de que lo ha reconvertido en un político ejemplar por el rito purificador de votar a favor del PP. Y recuerden dónde leyeron antes que Costa era el presidente efectivo del Govern, con Prohens circunscrita a sus festejos. Tras el colapso del «Gobierno de las Islas Baleares», hay que inventarse una presidenta.

El maltrato colonial de España a Mallorca llega al extremo de integrar la Comandancia General de Balears en el Mando de Canarias, un extraño rasgo de sumisión cuando hasta un estratega militar puede discernir la existencia de una cierta discontinuidad geográfica entre ambos archipiélagos. De ahí la importancia de que el zaragozano Fernando Luis Gracia, a la sazón comandante general de Balears, realizara en catalán una parte reseñable de su discurso del día de la Inmaculada, patrona de la Infantería. El hito es doblemente reseñable en un clima donde el Govern elimina el requisito del catalán en las contrataciones, para sustituirlo por la obligatoriedad de ser un amigo de Costa con problemas.

El general de división Gracia había ensayado concienzudamente el parlamento en catalán en su despacho, hasta depurar una encomiable dicción, sin punto de comparación con el mallorquín apache de Iago Negueruela. La intervención dejó en evidencia al oyente y también general infante Fulgencio Coll de San Simón&Garfunkel, que se esfuerza por renegar de su espléndido palmesano para expresarse únicamente en castellano, por un puñado de exvotos. A propósito, el alcalde Jaime Martínez ha intervenido para que el esperado pregón de Carlos García-Delgado en la fiesta de l’Estendard también transcurra en la lengua propia de Mallorca. El arquitecto ensaya con esmero una perfecta interpretación de su texto.

Un gigantesco Café Bar preside el belén de Cort, y este mamotreto en primer plano oculta el portal donde teóricamente se desarrolla la acción. | B.RAMON

Un gigantesco Café Bar preside el belén de Cort, y este mamotreto en primer plano oculta el portal donde teóricamente se desarrolla la acción. / B. Ramon

En la imagen que hoy nos ilustra, el alcalde Martínez muestra a los niños el gigantesco «Café Bar» que preside el belén de Cort. Este mamotreto indefendible oculta al portal donde en teoría se desarrolla la acción. Aguardamos ansiosos una dosis de protesta del hipervacunado Sebastià Taltavull, que titula su carta pastoral navideña «El betlem, signo admirable de la ternura de Dios». Con un par de copas.

Reflexión dominical: «Al final de la luz ya se divisa el túnel».

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