Quejas entre padres de Binissalem por acoso grupal a menores en las redes sociales

Varias cuentas anónimas difunden insultos y descalificaciones hacia los jóvenes

«No podemos controlar lo que hacen con un móvil que su familia ha decidido darles», señala el director instituto

El acoso y los insultos a varios menores en las redes sociales ha generado quejas entre algunas familias en Binissalem. El problema reside en hasta cinco cuentas en Instagram creadas de forma anónima con el propósito de descalificar y agraviar a los menores. En una de estas cuentas, especialmente activa estos últimos días, se van publicando nombres de distintos jóvenes y el resto de usuarios (otros menores) comentan sobre la persona en cuestión desde el anonimato, la mayoría de veces con insultos y ofensas.

La situación ha generado quejas e indignación por parte de algunas familias de implicados y afectados: «Los padres tenemos que controlar más lo que hacen los niños con los móviles. Se pueden hacer mucho daño entre ellos», apunta una madre. Gran parte de los jóvenes (no todos) son alumnos de lº de la ESO del IES Binissalem, centro público de referencia no solo de este municipio, sino también de Alaró y Consell. De hecho, algunas de las cuentas señalan en su perfil que el objetivo es compartir «cotilleos» de estos tres pueblos.

Desde el centro educativo apuntan que tienen conocimiento del asunto y aclaran que si los alumnos tienen teléfono «en ningún caso es por necesidad del instituto»: «En el centro están terminantemente prohibidos. Un estudiante con un móvil es objeto de sanción en todas las etapas educativas. En las reuniones con las familias recomendamos que no les den un smartphone hasta los 16 años», comenta el director del IES Binissalem, Ricard Forés.

El responsable condena de forma rotunda los hechos, pero señala: «En las aulas se trabaja contra el ciberacoso, el bullying y las relaciones sanas. Pero no está en nuestras manos controlar lo que hace el alumno por las tardes y los fines de semana con un móvil que le ha dado su familia», asevera. «Está bien darle visibilidad porque es un problema social de primera magnitud. Algunas familias ya reclaman que se regule por ley la prohibición del móvil a los menores de 16 años», añade.

El alcalde de Binissalem, Víctor Martí, se expresa en palabras similares. «Llevamos años haciendo cursos y formaciones para prevenir el ciberacoso. Es un problema grave que hay que erradicar y el departamento educativo del Ayuntamiento invierte mucho esfuerzo en ello. Más allá de eso, nosotros no tenemos capacidad para rastrear y vigilar las redes», comenta.

Martí insiste en subrayar la buena labor de docentes del instituto del pueblo y técnicos del Consistorio («están muy sensibilizados con el tema», comenta), pero admite que la «masificación» del centro educativo dificulta actuar contra el acoso, tanto fuera como dentro del aula: «El IES Binissalem se diseñó para 600 alumnos, y tiene 968. Hemos pedido varias veces a la conselleria de Educación que prevea en su Plan de Infraestructuras otro instituto en los municipios de esta zona, pero de momento no tenemos respuesta. La saturación del instituto acaba afectando con casos como este», lamenta.

Lo cierto es que lo sucedido ha encendido las quejas de los padres e incluso acusaciones entre familias, pero no hacia docentes. «La culpa no es de los profesores, sino de los padres que no controlan a sus hijos», comenta una madre de un alumno de lº de la ESO: «Darle un móvil a un niño de 12 años es darle un arma de doble filo. Hay que parar esto tajantemente».

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