Lletra menuda: El techo de la crisis es inamovible

La portavoz de Vox, Idoia Ribas.

La portavoz de Vox, Idoia Ribas. / DM

Llorenç Riera

Llorenç Riera

Cuando te vetan el paso en forma de nivel de gasto y por tanto te limitan la capacidad de acción, el impacto provoca una parálisis momentánea que obliga a reaccionar en beneficio de la supervivencia vital. Vox no está en el Govern pero actúa igual que si tuviera la responsabilidad de varias consellerias, para dejar claro que, en realidad, dispone de las riendas del Ejecutivo.

La jugada les ha salido bien a los ultraconservadores empeñados en hacer del catalán un problema pero, tras el fogueo de artificio, el impacto mediático, y una vez impuesta la disciplina en casa, quedará poco de ella. El techo de la crisis no se romperá porque los dos implicados no tienen más alternativa que cobijar sus respectivas soledades, en apariencia de convivencia, muy a desgana, bajo este cobertizo demasiado expuesto a la política de conveniencia y poco resolutiva.

Superado el pantallazo de tres medidas estrella, el PP acumula demasiadas cicatrices como para volver a adentrarse en batallas con el idioma propio de Balears en una guerra que solo Vox ha declarado para poder mostrar el estandarte de su férreo pero limitado ideario. Mientras, la oposición deambula en busca de carisma para sus líderes en formación.

La legislatura de mal pronóstico se enreda consigo misma antes de lo previsto. Será larga, no solo en el Parlament. También en la calle.

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