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Juan Vicente Pérez: «Alumnos de hostelería mexicanos vienen a realizar prácticas a Baleares»

«Para ellos, España es el tercer país por lo que a interés estudiantil se refiere, por debajo de Estados Unidos y de Canadá», afirma el consejero de Educación en la Embajada en México

Juan Vicente Pérez en Portocolom, donde veranea.

Juan Vicente Pérez en Portocolom, donde veranea. / PERE ESTELRICH I MASSUTÍ

Pere Estelrich i Massutí

Pere Estelrich i Massutí

Nació en Alicante, pero vive en Mallorca desde hace cuarenta años. Ha trabajado como profesor de enseñanza Secundaria en diferentes institutos de Baleares y como inspector de educación. Fue también director de la Escuela oficial de Idiomas en Ibiza. Ahora es consejero de Educación en la Embajada española en México.

¿Cuál es el trabajo que desempeña un consejero de embajada?

En mi caso concreto se trata de trabajar en todo lo que concierne a la educación y que afecta a los dos países, que no son dos, pues además de México me encargo de toda Centro América y Caribe, veintidós países en total. Así que debo dar salida a temas como las movilidades académicas, es decir el tránsito de alumnos en las dos direcciones, tanto a nivel universitario como también en posgrados, doctorados y estancias temporales tipo Erasmus. En mi oficina también tramitamos las solicitudes de homologación de estudios y elaboramos acuerdos y firmamos convenios que afectan a los estudiantes de ambas partes del Atlántico, siempre ajustados a la legalidad de cada país.

Otra línea de trabajo es el asesoramiento en Formación Profesional, unos estudios allí incipientes y que quieren tomar lo bueno de los españoles, que tienen fama y son solventes. Muchos centros mexicanos nos piden que los estudiantes de FP puedan realizar las prácticas en empresas españolas, o bien aquí o bien en alguna de las siete mil que tienen sede allí. Alumnos de hostelería mexicanos vienen a realizar prácticas a Baleares. Y luego está la parte de difusión del sistema educativo español, que me ocupa una parte importante de la jornada laboral.

¿Cuántos alumnos españoles hay en México y cuántos mexicanos hay en España?

La diferencia es abismal. Según los datos que obran en mi poder hay unos treinta mil mexicanos residiendo y estudiando aquí, mientras que unos mil españoles lo hacen allí. Y, además, si bien los alumnos españoles que quieren ir a México son mayoritariamente de posgrado, entre los mexicanos vienen de todos los ámbitos educativos, sobre todo universitarios. Para los mexicanos, somos el tercer país por lo que a interés estudiantil se refiere, por debajo de Estados Unidos y de Canadá, país, éste, al que casi igualamos en número.

Y ¿por qué este enorme interés?

Primero por la calidad de nuestros centros, pero también porque el título conseguido aquí tiene validez europea y eso es muy importante. También está el tema de la lengua, pero en menor medida.

¿Cómo se obtiene una homologación de estudios entre España y México?

Primero debe solicitarlo el interesado. Nosotros revisamos, informamos y tramitamos todo el papeleo, que no es poco; éste se manda al ministerio y ellos dan o no la homologación, que una vez conseguida les permite continuar estudios aquí, pues lo de ayudar a obtener trabajo va por otras vías y por otro ministerio. Nuestro ámbito de trabajo no es el del mercado laboral sino el de los estudios.

Tema de las pruebas PBAU o antigua Selectividad.

Los que quieran venir a estudiar a una universidad española deben hacerlas igualmente. Y eso se tramita a través de la UNED, que es el ente académico que tiene esas competencias. Curiosamente, su sede mexicana está en el mismo edificio en el que yo trabajo, que no es el mismo que el de la embajada. De hecho, mi despacho está en la misma calle de la embajada americana y mis colegas suelen decir que es la calle más segura de América.

De todas maneras, los alumnos que quieran hacer la Selectividad no son tantos, pues lo que les interesa es cursar aquí los últimos cursos de la carrera, no los primeros, para así tener titulación europea.

Hablando de seguridad ¿Cómo es vivir en una ciudad de tantos habitantes y con una situación en la que la violencia está en el orden del día?

Te acostumbras y vas a los lugares a los que puedes frecuentar. Tú mismo, al poco de vivir allí, detectas dónde puedes y dónde no puedes ir. Tengo la suerte de vivir muy cerca de mi lugar de trabajo, al que puedo ir a pie, un privilegio en una ciudad tan grande y en la que no son pocos los que viven a dos horas de su oficina.

La política española ¿es más de propiciar o de poner filtros al intercambio estudiantil?

Facilitar en todos los sentidos. En el punto número uno de la nueva Ley de universidades que está por desarrollarse está la internacionalización, con todo lo bueno y lo malo que tiene la globalización. Habrá un incremento de la partida destinada a becas para atraer a alumnos y profesores de otros países.

Y ¿qué respuesta puede darse a comentarios como: «mi hijo no ha entrado en la universidad y uno mexicano sí»?

La respuesta es muy simple: nadie quita ningún puesto a nadie, pues, como he dicho antes, el porcentaje alto es de alumnos que no se matriculan en primeros cursos, sino en los últimos. Y los otros vienen para cursos de doctorado o similares.

¿Cómo está la situación académica en México?

Hay una diferencia abismal entre la red pública y la privada, que es muy potente. Las instalaciones de los colegios y universidades privadas mexicanas son impresionantes, como no las hay en muchos países. Los campus universitarios privados son extensísimos y dotados de muchos servicios; un poco a la americana. Y los de Secundaria, pues lo mismo, con campos de fútbol de hierba y auditorios y laboratorios impresionantes. Nada que ver con las dotaciones que tiene la enseñanza pública no universitaria, que, en algunos lugares, fuera de las grandes urbes, es simplemente asistencial.

Aun así, la Universidad Autónoma de México (UNAM), que es una de las mayores universidades del mundo en número de estudiantes, con más de medio millón de alumnos, también tiene unos servicios muy potentes con un campus que es patrimonio de la humanidad pues alberga la famosa biblioteca, una de las mejor surtidas del mundo y que en su fachada tiene un impresionante mural de Juan O’Gorman. Aquí no tenemos nada comparable.

¿Hay alumnos mallorquines estudiando en México?

No me consta, pero sí sé que hay estudiantes que provienen de familias mallorquinas que emigraron allí y se han quedado. Con algunos nos encontramos en el llamado Ateneo español en el exilio; hace poco conocí allí a una señora nieta de un médico exiliado de Sant Joan, un tal Llabrés.

¿Es cara la vida en México?

Mucho, diría que vivir en la capital cuesta el doble que aquí. Allí no hay apenas clase media y por tanto los lugares a los que podemos ir, por seguridad, son caros. Luego están las personas con menos poder adquisitivo y que compran en sitios más baratos, pero poco aconsejables para un extranjero.

¿Mandaría usted a un hijo suyo a México para estudiar?

Sí. Quizás no al terminar Secundaria, pero sí para cursar cursos superiores o de posgrado. A los dieciocho años me lo pensaría, pero a partir de los veinte, no tendría inconveniente.

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