La asociación d’Amics del Poble Sahrauí: «Los niños saharauis se adaptan bien a los cambios culturales»

El programa Vacances en Pau, que lleva 35 años celebrándose, hace posible que los menores en las familias de acogida tengan un verano repleto de vivencias y experiencias mallorquinas

Los niños saharauis disfrutando de les Coves del Drach

Los niños saharauis disfrutando de les Coves del Drach / Guillem Bosch

La asociación d’Amics del Poble Sahrauí lleva 35 años con el programa Vacances en Pau en Mallorca. Una experiencia donde las familias acogen a los menores procedentes del Sáhara para que disfruten de un verano menos caluroso, repleto de actividades en el paraíso de la isla. Un claro ejemplo son les coves del Drach, donde ayer los niños se divirtieron observando las estalagtitas y las rocas de su paisaje interior. «Oganizamos actividades de ocio para los niños ya que es importante que se junten y se reúnan» asegura Isica Albertí, voluntaria de la asociación. Las familias de acogida, algunas de ellas repiten la vivencia todos los años, hacen posible que los niños saharauis pasen sus días jugando en la playa y la piscina y aprendan nuevas costumbres de Mallorca.

Los niños, que llegaron a la isla el 16 de julio en avión, proceden de los campamentos de refugiados de las proximidades de la ciudad argelina de Tindouf, en una de las zonas más inhóspitas del desierto del Sáhara. De los 32 niños, 29 repiten este año y ya tienen una experiencia previa que no necesita de un cambio tan grande.

«Uno de los inconvenientes más repetidos en las familias ha sido el idioma» comenta Magdalena, quien acoge a Said. Durante el primer año, el pequeño tuvo que comunicarse por señas. «Aprenden muy rápido» explica la propia Magdalena. Otra de las cuestiones destacadas son los horarios, algo distintos para ellos, ya que como explica Nuria, «parece ser que por el calor hacen más vida nocturna, y les cuesta levantarse para ir al cole o adaptarse a los horarios de comidas».

Los niños saharahuis disfrutando de la visita guiada por les Coves del Drach.

Los niños saharahuis disfrutando de la visita guiada por les Coves del Drach. / texto de inna aloy F Fotos de guillem bosch

Asimismo, otro factor trascendental que han tenido que superar las familias es que «las niñas como Chfa en el Sáhara no juegan con niños, no hablan con los hombres y ni los miran ; hemos tenido que enseñarles que aquí en España sí se puede hacer y no supone ningún problema » asegura Nuria. Por otro lado, Marta, quien ya tiene un hijo y decidió acoger a Ayub, afirma «que la relación entre ellos es fantástica y se demuestran mucho cariño» . La propia Marta confiesa que a veces tiene miedo de que el niño eche de menos a su familia del Sáhara pero se tranquiliza cuando le esccucha decir que «en Mallorca se vive muy bien» haciendo referencia a los buenos momentos que viven en esta experiencia.

En otras cosas «son muy osados», detalla Marta, que se sorprende con la valentía que los menores demuestran al tiarse al mar o a la piscina. «Me da la sensación de que en su tierra son más libres y aquí vivimos con muchas reglas y normas, a pesar de eso cumplen las normas y es lo más importante», declara.

«Esto también se ve con algunas reglas que llevo años intentando que mi hijo cumpla y no lo he conseguido, pero que Ayub en cambio lo hace sin problema alguno» explica la propia Marta. En lo que si coinciden todas las familias es que repetirían esta experiencia muchos años.«Hay que estar abiertos a una nueva cultura y a una nueva experiencia porque aprendes mucho».

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