Maribel Soteras: «El vapeo ni es inocuo ni sirve para dejar de fumar»

La OMS acaba de alertar que tanto los vapeadores como los cigarrillos electrónicos son una «trampa» que la industria tiende para enganchar en el consumo a la juventud

Los vapeos y los cigarrillos electrónicos se extienden sin regulación y captando a los más jóvenes. | REUTERS

Los vapeos y los cigarrillos electrónicos se extienden sin regulación y captando a los más jóvenes. | REUTERS / I. Olaizola

I. Olaizola

I. Olaizola

«Hay personas que piensan que vapear es como si fumaras vapor de agua. Y no es agua hervida lo que te estás metiendo en el cuerpo. El vapeo no es inocuo, eso tiene que quedar bien claro. Ni tampoco ayuda a dejar de fumar», comienza de forma contundente la enfermera pediátrica Maribel Soteras, miembro de la comisión técnica de tabaquismo de Atención Primaria de Mallorca e integrante asimismo del comité nacional para la prevención del tabaquismo.

Esta experta lamenta que no exista ninguna regulación sobre esta nueva forma de fumar que ha llegado para quedarse y sobre la que la OMS acaba de alertar sobre su potencial peligrosidad.

Su director general, Tedros Adhanom Ghebreyesus, ha reclamado recientemente que tanto los cigarrillos electrónicos como los vapeadores «tienen que ser regulados», ya que «son una trampa» que lleva directamente al consumo posterior de los cigarrillos tradicionales.

Asimismo, el director general ha denunciado que la industria está consiguiendo reclutar a jóvenes en edad muy temprana, de 10 a 12 años, con vapeadores de diferentes colores y sabores que acaban enganchándoles en este vicio de por vida.

Soteras lamenta igualmente la desprotección de la población en general frente a los vapeadores o consumidores de cigarrillos electrónicos o aerosoles. «Contienen muchas sustancias cancerígenas que penetran profundamente en los pulmones provocando daños cardiovasculares y celulares y hasta pueden producir cáncer. Son pequeñas partículas que se introducen sin que los consumidores se percaten. No desprenden olor y la gente piensa que son inocuos, pero no lo son», reitera subrayando que además de ellos se desprenden partículas residuales que son como «un humo de segunda mano» que afecta a los fumadores pasivos, sobre todo a los niños.

La experta apunta a que hay que advertir a las familias de que los vapeos contienen partículas residuales que se impregnan en el mobiliario de las casas y son igual de perjudiciales que las partículas del humo del tabaco tradicional.

Maribel Soteras, de la comisión de tabaquismo de Primaria. |  IB-SALUT.

Maribel Soteras, de la comisión de tabaquismo de Primaria. / IB-SALUT

El 71,8% de los niños, pasivos

Soteras dice desconocer cuántas personas serían vapeadores habituales o consumidores regulares de cigarrillos electrónicos en Baleares, pero sí aporta cifras nacionales que se pueden extrapolar a este archipiélago.

Así, revela que el 71,8% de los niños menores de 12 años en España respiran humo de tabaco y de estos productos relacionados, serían lo que se conoce como fumadores pasivos; que una de cada cinco personas fuman situando a España como el lugar de Europa donde más se exhala humo ya que el 20% de su población de más de quince años consume a diario. O que el tabaco y la nicotina son la principal causa de muerte prematura entre los jóvenes.

«Sabemos que es un factor de riesgo que podemos prevenir y no le hacemos caso», lamenta la enfermera pediátrica que aboga porque, a nivel autonómico, se debería incrementar los espacios sin humo. «Debería estar prohibido fumar en los centros deportivos, en espacios abiertos donde se celebren conciertos, en piscinas, en estadios de fútbol... y los sanitarios también deberían dar ejemplo», sugiere.

No obstante, más que imponer medidas coercitivas de difícil encaje con el respeto de las libertades individuales, esta experta insta a hacer una labor de persuasión, concienciación y educación para conseguir que la gente que fuma deje el hábito y la que aún no lo hace no empiece. «Hay que comenzar en 5º y 6º de Primaria, con 10 y 11 años, antes de que den el salto al Instituto. Tanto en niños como niñas la edad media de inicio en el tabaco es a los 14 años», advierte a modo de conclusión.

«El precio aquí es muy bajo y por eso somos el estanco de Europa»

«Los precios del tabaco en España son de los más bajos de Europa», lamenta la enfermera Soteras añadiendo que a este país se le considera por ello como «el estanco» del viejo continente.

Por eso en Baleares, con la afluencia masiva de turistas procedentes de Europa, las cifras y porcentajes nacionales relacionados con el tabaquismo podrían ser incluso superiores, apunta la experta en este campo.

«Si no aumentamos los impuestos sobre el tabaco, estamos haciendo una competencia desleal a los países de nuestro entorno. Los turistas, sobre todo los franceses, vienen a nuestro país a comprarlo», deplora.

Tanto es así que el ente que regula los aeropuertos de España, AENA, ha puesto unos límites a la cantidad de tabaco y productos derivados de él que los visitantes pueden sacar del país.

Cuatro cartones

Así, se permite que cada turista procedente de la Unión Europea salga con un máximo de 800 cigarrillos o, lo que es lo mismo, con cuatro cartones de diez cajetillas de veinte cigarrillos cada uno de ellos.

O con 400 puritos (cigarros de un peso máximo de 3 gramos por unidad) o con 200 puros de mayor tamaño. O, ya por último, con 1 kilogramo de tabaco de liar o para cachimbas, lo que implicaría que se podrían meter en el equipaje hasta 33 paquetes de unos 30 gramos cada uno.

Para los visitantes extracomunitarios las cantidades se reducen hasta los 200 cigarrillos (1 cartón), 100 puritos, 50 puros y 250 gramos de tabaco de liar. Una cuarta parte de lo que se autoriza a los socios comunitarios.