¿Un PIN parental?: «Se garantizará la voluntariedad de las extracurriculares»

Las familias, a la espera de la concreción del preacuerdo para ver sus efectos reales

Archivo - Alumnos en una prueba de la EBAU.

Archivo - Alumnos en una prueba de la EBAU. / UNIVERSIDAD DE LA RIOJA - Archivo

Mar Ferragut Rámiz

Mar Ferragut Rámiz

Hay una frase sobre política educativa en el preacuerdo firmado entre PP y Vox que de primeras pasa desapercibida (tapada como siempre por la cuestión lingüística), pero cuya inclusión ha hecho levantar las orejas a parte de la comunidad educativa: «Se garantizará la voluntariedad de las actividades extracurriculares».

El redactado esquemático y ambiguo del preacuerdo de la derecha impide de nuevo valorar el alcance real que esconde cada frase, pero conociendo las exigencias y políticas de Vox en otras comunidades, como Madrid y Murcia, este punto incluido casi de refilón recuerda al PIN parental, ese mecanismo que el partido diseñó para evitar que los menores asistieran a actividades que sus familias consideraran poco adecuadas por incurrir en el «adoctrinamiento ideológico» (expresión que también figura en el preacuerdo PP-Vox). La formación ultra puso de ejemplo sesiones para formar en igualdad entre hombres y mujeres talleres de educación sexual o de temática LGTBQ+.

El matiz viene según como se clasifiquen y ‘apelliden’ estas actividades. Las complementarias forman parte del horario lectivo, son evaluables y de asistencia obligatoria y se realizan con el profesorado presente. Las aprueba cada año el centro dentro de su Programación General Anual. Las extraescolares son voluntarias, se realizan fuera del horario escolar y no son evaluables.

La educación "es de los menores y no de sus padres"

Antes de que el texto se asiente y se concrete más, desde la Federación de Asociaciones de Padres de Alumnos (FAPA) se mantienen a la espera para asumir y pronunciarse sobre la posibilidad real de que se implante un pin parental en Balears.

La presidenta de la entidad, Cristina Conti, sí recuerda que el derecho a la educación «es de los menores y no de sus padres», con lo que los niños tienen el derecho a ser educados en valores de igualdad, en sexualidad, tolerancia y en general en el respeto a los valores democráticos.

Otro punto sobre política educativa al que se hace mención en el texto firmado por PP y Vox es que «los padres podrán elegir libremente centro educativo».

Tras esta frase puede esconderse (este diario intentó ayer conseguir más concreción sobre las aspiraciones de Vox sobre política educativa esbozadas en el preacuerdo, pero el partido declinó ahondar más señalando que aún se está negociando) la intención de cambiar el sistema de admisión e ir hacia un sistema de zona escolar única como el que se aplica en Madrid. Estos años el equipo saliente ha ido en la dirección contraria en un intento de evitar la segregación socioeconómica del alumnado y la creación de ‘centros gueto’.