Un barco golondrina eléctrico para navegar por la costa de Mallorca

El negocio de las excursiones en barco en Mallorca también se suma a la defensa medioambiental de la isla. Es un proyecto que nace de la mano de la empresa Mallorcaventura, que se creó hace ocho años, con el objetivo de poder mostrar a los turistas, navegando a bordo de una embarcación tipo golondrina, las maravillas de la costa de Mallorca.

Este negocio náutico empezó con la adquisición de un viejo barco de madera que fue construido en el año 1964, según detalló ayer el responsable de la empresa, Nicolás Romero. La empresa empezó organizando excursiones en golondrina y celebrar fiestas a bordo para que los turistas se divirtieran, a la vez que podían zambullirse en el mar. Pero la pandemia golpeó con fuerza al sector náutico y en especial a esta empresa. Las autoridades prohibieron organizar este tipo de viajes en golondrinas, por el peligro de contagio. Y la embarcación, tras permanecer dos años amarrada prácticamente sin moverse, sufrió un grave deterioro, que hacía casi imposible su recuperación.

Ante esta panorama desolador la empresa decidió cambiar de rumbo y apostó por la navegación sostenible. El negocio sería el mismo, es decir, organizar excursiones en barco para los turistas, pero enfocado hacia otro sector de clientes de mucha más calidad y, lógicamente, con más poder adquisitivo. De allí surgió la idea de adquirir una embarcación, tipo golondrina, con motores eléctricos y, por tanto, que no emitiera gases que pudieran castigar el medio ambiente y, sobre todo, para no contaminar el medio marino.

Esta empresa tiene previsto en las próximas semanas trasladar a Mallorca la primera embarcación, tipo golondrina, que únicamente cuenta con motores eléctricos. Quedará amarrada en el muelle de las golondrinas, justo enfrente del Auditòrium de Palma. El barco es mucho más pequeño que el anterior que llevaba motores de combustible. En el viejo barco podían subir a bordo hasta 100 personas. En el nuevo solo caben 35 clientes.

Según detalló Romero, el concepto de esta embarcación es completamente distinto al que se conoce hasta ahora. No solo porque se trata del primer barco de pasajeros que utiliza únicamente motores eléctricos, sino porque se pretende que el cliente que contrate la excursión pueda ser consciente del grado de contaminación que genera cada turista que se traslada a Mallorca. Será una excursión náutica que se prolongará cinco horas y durante este tiempo el turista podrá disfrutar del privilegiado entorno marino de Mallorca y, además, lo hará sin generar la más mínima emisión contaminante que ponga en riesgo el medio ambiente de la isla. Por lo tanto, el objetivo que tiene la empresa al explotar el barco es doble: por una parte poder mostrar al cliente los rincones del mar mallorquín y, por otra, concienciar al turista que el medio ambiente es uno de los bienes de mayor calidad de la isla y que merece ser preservado ante cualquier emisión contaminante.

Esta embarcación todavía se está construyendo en el astillero de Barcelona. Solo faltan los últimos detalles y con toda seguridad en las próximas semanas llegará al muelle de Palma, donde ya se ha construido la plataforma para garantizar la carga eléctrica que necesita para recargar sus motores. El barco, como no podía ser de otro modo, se ha construido con materiales sostenible, que encaja perfectamente en el modelo medioambiental que se pretende seguir con este tipo de embarcación. Es una embarcación que destaca por un novedoso diseño, que además dispone de la última tecnología en cuanto a sensores, que permiten recoger y compartir información a tiempo real para uso científico. Y con ello se pretende que el cliente que contrate este servicio tenga la sensación de que no solo disfruta visitando la costa de Mallorca, sino que también contribuye a proteger y conocer más detalles de la riqueza marina de la isla. Y es que el objetivo de esta empresa náutica es colaborar para conseguir transformar la industria turística de Mallorca, captando un cliente de mayor calidad y, sobre todo, que viaje convencido de que puede disfrutar de la isla sin necesidad de contaminar.