El toque de queda en Balears empieza a medianoche. No ha durado ni un día la obligación de permanecer en casa a partir de las 23 horas, como dijo la presidenta del Govern, Francina Armengol, el domingo, el día en que Pedro Sánchez anunció el nuevo estado de alarma para todo el país. El presidente del Ejecutivo central dio margen a las comunidades autónomas para retrasar hasta las doce de la noche la limitación de movimientos y eso hizo ayer la máxima dirigente balear tras las presiones de la patronal, sobre todo de la restauración.  

El conseller de Trabajo, Iago Negueruela, se reunió con ellos y con los representantes sindicales por la tarde y les anunció que el Consell de Govern de la mañana había decidido iniciar el toque de queda a medianoche (el final se mantiene a las seis) debido a que «la situación sanitaria de las islas es una de las mejores respecto a otras comunidades, dentro de la complejidad y dificultad de los momentos en los que estamos». Reconoció que «los indicadores están subiendo, pero no al mismo nivel que en otras autonomías», por lo que el gobierno del Pacto considera que, «desde un punto de vista sanitario, cabe la modulación», en referencia al retraso del cierre nocturno de todas las actividades de las islas.

El vicepresidente destacó que ayer también tuvieron contactos con el sector cultural, el otro gran afectado por el toque de queda, con el fin de conocer «cómo está la situación en los diferentes tipos de actividad antes de adoptar las medidas». Y en la reunión con los portavoces de las patronales de la restauración, la Caeb y las tres Pime de las islas, les advirtió de que «se realizará un seguimiento permanente para que seamos conscientes de que si la situación no mejora, deberán rebajarse los horarios en el margen que da el estado de alarma».

Lo recalcó porque no solo son importantes esos sectores ahora, sino «la temporada 20-21», dijo en referencia a la necesidad de continuar bajando los índices de contagio por coronavirus para que los turistas regresen. «Esta comunidad tiene que prepararse para la próxima temporada y para ello es básico que los indicadores sanitarios mejoren». Recordó que «marcan la salud, la presión hospitalaria, pero también cómo será una posible apertura. Por tanto, hay que mejorar desde un punto de vista sanitario para que la economía mejore», reiteró. Y concluyó que espera que el toque de queda se pueda mantener a medianoche, porque significará que «los indicadores sanitarios van mejorando».

La presidenta Armengol ya destacó por la mañana, cuando habló de la posible «modulación» del horario, que «lo primero es proteger a las personas y bajar la incidencia del coronavirus». Lo dijo tras la videoconferencia con el resto de líderes autonómicos, el presidente Pedro Sánchez y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen. En una rueda de prensa, incidió en la importancia de la salud, ya que sin ella «no hay economía». Por tal motivo avanzó que se podrán «ir modulando» las restricciones en función de los indicadores de la covid en el archipiélago.

«Avance, pero no solución»

Tras anunciarse la nueva hora de inicio del toque de queda, el presidente de los restauradores de la Caeb, Alfonso Robledo, afirmó que el cierre de estos negocios a medianoche «es un avance, pero no la solución». Resaltó que están satisfechos con el resultado de la reunión, aunque recordó que «aún queda muchísimo trabajo por hacer» para paliar los graves efectos de la crisis. Pese a que han logrado «dar un paso más», no se deben olvidar temas «tan importantes» como los retrasos en los pagos a los trabajadores. Por ello, la patronal pidió al Govern «que pare la sangría de los costes de electricidad, gas, teléfono, basuras, incineradora, etc. que hasta la fecha siguen cobrando».

La Caeb avanzó que el sector recibirá ayudas para mejorar los sistemas de ventilación del interior de los locales, tal como se acordó en la reunión de la tarde. Desde la entidad lo aplaudieron, aunque pidieron que se extienda a «todos los establecimientos del sector, a grandes y pequeños, no sólo a unos pocos». Por último, incidieron en que «los bares, cafeterías y restaurantes son espacios seguros. No lo decimos solo nosotros, que cumplimos a rajatabla las normas sanitarias, sino que lo reflejan diferentes informes», entre ellos uno de Sanidad sobre el bajo índice de contagios en la restauración.

Pimem pide un decreto para bajar los alquileres

La patronal de la pequeña y mediana empresa (Pimem) pide al Govern un decreto como el de Cataluña «para poder adaptar los alquileres de los locales al problema económico, es decir, que si la facturación ha bajado un 50%, también descienda el precio de la renta», como indicó ayer el presidente, Jordi Mora. El objetivo es «que los negocios no acaben cerrando, porque la situación es muy crítica para muchos de ellos». Mora resaltó el beneficio a medio plazo que este decreto tendría también para los dueños de los locales, ya que «si ahora un inquilino se marcha debido a que no puede pagar, el propietario tardará mucho tiempo en encontrar otro empresario o autónomo que le sustituya, dada la actual crisis económica».