Jaume March, símbolo de la marea verde y trabajador incansable

Hoy se cumplen cinco años de la primera y única jornada de huelga que se ha convocado nunca en el sector educativo de las islas en apoyo a una sola persona. Y esa persona era Jaume March, que ayer falleció a los 63 añosfalleció a los 63 años debido a un accidente de tráfico.

Antes de convertirse en un símbolo de la marea verde y de la lucha contra la política del Govern deJosé Ramón Bauzá (que le expedientó y apartó de su puesto de director del instituto de Marratxí al ser denunciado por la familia de una exalumna), March ya era una figura muy conocida en el sector educativo por conocimiento de la normativa tan vasto que le valió el sobrenombre de 'el BOE andante'.

Nacido en Pollença (como el conseller Martí March, con el que comparte apellido pero no parentesco), March comenzó su trayectoria como profesor de Geografía e Historia. Como padre, también presidió la Federación de Asociaciones de APAs (FAPA) en sus inicios. Después, pasó a ser director, cargo que ejerció 25 años.

En 2015 Antoni Morante, su colega y compañero en la batalla contra el TIL y los recortes del PP, lo fichó para que fuera el responsable del departamento de Planificación y Centros en su dirección general.

El nombramiento fue cuestionado por formaciones como Ciudadanos o el Círculo Balear, que lo tachaban de "adoctrinador". Cabe recordar que fue la familia de Olga Ballester, la diputada de Cs, quien presentó la denuncia contra March cuando era director del IES Marratxí, acusándole de haber conculcado el derecho a la educación durante la huelga y haber vulnerado la intimidad de su hija, exalumna suya.La denuncia judicial y el primer expediente de Educación fueron archivados, el segundo (por el que fue apartado cuatro meses de su puesto) se cerró con falta leve.

March llevaba ingresado en el hospital desde el pasado 14 de diciembre, cuando sufrió un accidente de coche en Menorca. Su mujer, Conxa Morlà, iba de copiloto y falleció en el acto. Tras unos días ingresado en el Mateu Orfila de Maó, fue trasladado aSon Espases. A la gente que iba a visitarle les aseguraba que quería reincorporarse rápidamente a su puesto ya que tenía muchas tareas pendientes, comentarios que certifican su disposición al trabajo y su disposición incansable: "Era un puntal de toda la Conselleria", indicó ayer Morante.

Fue un firme defensor de la lengua catalana y el IES Marratxí fue uno de los que más peleó contra la ley de Símbolos para mantener la presencia del lazo de la campaña Enllaçats per la Llengua.

También veló con determinación por la escuela pública, aunque la enseñanza concertada ayer no dudó en reconocer su dedicación. Entre los adjetivos usados ayer para despedirle, los que más se repitieron fueron los de "comprometido" y "apasionado".

Esa pasión podía traducirse en una vehemencia que pillaba desprevenidos a los nuevos interlocutores, pero que los veteranos ya tenían calada y bien interpretada. March vivió su compromiso hacia la educación con intensidad y entrega, ya fuera desde la pizarra; como director; tras una pancarta o desde una sala de reuniones de la conselleria de Educación.