Jaume March, hasta ayer director del IES Marratxí, ha agradecido el apoyo que sus compañeros del centro le han brindado tras ser suspendido de sus funciones por la conselleria de Educación. Defiende el expendiente abierto a una alumna y que le ha costado la suspensión de sus funciones porque, asegura, “era mi obligación”.

March explica que grabar a los profesores en horario escolar supone una falta grave, según la normativa del centro. Por ello, después de saber que una de sus alumnas había grabado una conversación con el jefe de estudios, procedió a abrirle un expediente informativo porque “era mi obligación”.

Tomar esa decisión, le valió una llamada del director general de Educación, Bartomeu Isern, para preguntarle sobre el expediente a la alumna. Isern le pidió que lo cerrara lo ante posible. Una hora más tarde, el propio Bartomeu Isern le comunicaba el segundo expediente y la suspensión de las funciones como director del IES Marratxí.

La respuesta de sus compañeros no se ha hecho esperar. Esta misma mañana, el equipo directivo presentaba su dimisión en bloque. Un gesto que March considera “muy importante”.

“El IES Marratxí está en el punto de mira”, dice March, “ya sea porque Bauzá ha sido alcalde de Marratxí, o porque el instituto ha salido constantemente en los medios de comunicación” a propósito del conflicto educativo originado por la implantación del TIL. Lo único cierto para Jaume March es que “en veinticinco años de director no me han abierto ni un solo expediente. Y ahora, en menos de dos meses, ya llevo dos”.